El tercer fabricante de vehículos de Japón atribuyó sus malos resultados a la crisis económica global y reconoció que "2009 continuará siendo un año difícil, pero estamos empezando a ver los resultados positivos de nuestro Plan de Recuperación", dijo el franco brasileño Carlos Ghosn, presidente de Nissan, en un comunicado.

Los ingresos netos por las ventas de la compañía, que tiene una alianza con la francesa Renault, cayeron el 35,5 por ciento hasta los 1,515 billones de yenes (11.379 millones de euros), en el segundo trimestre del año, el primero del calendario fiscal japonés.

Nissan vendió un total de 723.000 vehículos en todo el mundo entre abril y junio, un 22,8 por ciento menos que en el mismo trimestre del año anterior.

Sus ventas se vieron especialmente afectadas en Norteamérica, donde cayeron un 31,6 por ciento hasta las 225.000 unidades, aunque también retrocedieron el 21,6 por ciento en Japón (116.000 unidades), el 24,6 por ciento en Europa (118.000 unidades) y el 29,8 por ciento en el resto de regiones, incluida Latinoamérica (119.000 unidades).

No obstante, Nissan continuó aumentando sus ventas en China, donde en el segundo trimestre del año colocó un 9,3 por ciento más de vehículos, hasta las 145.000 unidades.

El beneficio por operaciones de Nissan, en su actividad ordinaria, cayó un 85,5 por ciento entre abril y junio hasta los 11.600 millones de yenes (87 millones de euros).

Para el actual ejercicio fiscal, que finalizará en marzo de 2010, la compañía mantuvo sus previsiones anunciadas en mayo, que apuntaban a una pérdida neta de 170.000 millones de yenes (1.277 millones de euros) y otra por operaciones de 100.000 millones de yenes (751 millones de euros).

Ghosn dijo que "estamos en camino de mejorar la liquidez en el año fiscal 2009 pero permaneceremos cautos en nuestras previsiones para el resto del año", y apuntó a los nuevos proyectos de la compañía, destacando entre ellos el lanzamiento el año que viene de su primer vehículo eléctrico.