Ni UGT se libra del concurso de acreedores ni de un expediente de regulación de empleo (ERE). El sindicato ha optado por acudir al juzgado para intentar reflotar la Fundación Canaria para el Desarrollo Social (Fundescan), que acumula una deuda de ocho millones de euros. El secretario general en Canarias, Juan Francisco Fonte, admite que están en negociaciones con los 160 trabajadores para encontrar una solución laboral, si bien en los próximos días se presentará un ERE.

El sindicato presentó ayer un Concurso de Acreedores ante la incapacidad económica de la sociedad encargada de la formación de trabajadores y la realización de talleres de empleo para afrontar sus deudas. Sobre todo tras encontrarse antes de Navidad con un embargo de la Agencia Tributaria por importe de 600.000 euros, que cortaba de raíz el plan de viabilidad que pretendía llevar a cabo UGT para intentar sanear las cuentas de su fundación.

Una auditoría externa deberá fijar la deuda exacta que arrastra la entidad, aunque en primera instancia el agujero ronda los ocho millones de euros, principalmente con entidades bancarias, la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, aunque también afecta a unos quince acreedores (agencias publicitarias, plataformas formativas y de cooperación, y otras empresas). Además, Fundescan adeuda la mitad de la nómina de julio y todo el mes de diciembre al personal.

Uno de los problemas del sindicato es hacer frente a una plantilla de 160 trabajadores (45 de ellos fijos y el resto fijos discontinuos), cuyo futuro depende de unas negociaciones en las que están inmersas ambas partes en estos momentos, si bien Fonte reconoce que deberán acudir a un ERE. De momento, la entidad no se atreve a adelantar cuántos empleados se verán afectados.