Cerca de 6.500 alumnos en dos años, 1.300 cursos formativos en toda Canarias, una plantilla de 160 trabajadores, casas de acogida para mujeres maltratadas... Este año iba a contar con un presupuesto de 12 millones de euros. Sin embargo, este enorme centro de formación y de ejecución de programas sociales ligado a UGT se ha transformado en un gigante con pies de barro, que no ha podido hacer frente a una deuda de ocho millones de euros y a un embargo de la Agencia Tributaria por 600.000 euros. El caso Fundescan está suponiendo un duro golpe para UGT. Sobre todo, porque no es habitual que un sindicato se vea obligado a recurrir a un concurso de acreedores y menos que deba afrontar un expediente de regulación de empleo.

Aunque los cursos que gestiona siguen en marcha, la dirección de Fundescan trata de encontrar una solución a otros proyectos en marcha de muy difícil ejecución. Entre ellos, la continuidad de un taller de empleo de seis meses que implica a 25 jóvenes de El Batán a través del Instituto Municipal de Empleo y Formación, del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Ayer negociaba con el Cabildo de Tenerife para que otra organización se haga cargo de dos casas de acogida para mujeres maltratas, situadas en la Orotava y La Laguna. Incluso, ofreciendo temporalmente las viviendas sin coste alguno, ya que son de su propiedad. "Éste no es el modelo de futuro que queremos para Fundescan", argumentan desde el sindicato, que pretende centrarse en el área de formación.

A todo esto se suma la deuda de una nómina y media con sus 160 trabajadores, a los que se les trata de buscar una solución de futuro. Eso sí, pendiente de lo que diga el juez durante el concurso de acreedores.

Pero no es el único quebranto al que se ha visto obligado a enfrentarse UGT. Uno de los más recordados en Canarias es el que afectó a la cooperativa de viviendas Cosinca, cuya falta de liquidez obligó a los compradores de una promoción en el barrio de Hoya Andrea, en la capital grancanaria, a esperar durante años por su inmueble, no sin antes tener que hacer una derrama para poder ver terminadas sus casas. Este caso se repitió a nivel nacional con PSV. Y también muchos canarios se encontraron durante meses sin seguro de vehículos por la crisis financiera de Unial.

Además de los problemas económicos, la quiebra de Fundescan vuelve a sacar a la luz el enfrentamiento entre la anterior dirección de UGT y la actual. La actual culpa a aquellos del quebranto, para lo cual encargaron una auditoría externa, mientras la otra parte prefiere de momento optar por el silencio.