Representantes de los gobiernos y bancos centrales de la zona euro han concretado, en el curso de una reunión técnica celebrada ayer y hoy en Bruselas, las modalidades de una eventual ayuda financiera a Grecia.

Según informaron fuentes de la Unión Europea (UE), los elementos y detalles importantes de esa ayuda ya están claros, tras los trabajos de estos dos días, que coinciden con un empeoramiento de los datos económicos en Grecia y un gran nerviosismo en los mercados.

"Se ha avanzado mucho a nivel técnico. Los elementos están definidos", aseguró la fuente, que pidió el anonimato.

El acuerdo se ha producido en el contexto de la reunión que celebraron ayer y hoy, en Bruselas, los miembros del Comité Económico y Financiero (CEF), encargado habitualmente de preparar los trabajos del Consejo de ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la UE.

Los dieciséis ministros de la zona euro tienen previsto reunirse en Madrid el próximo viernes, bajo la presidencia del luxemburgués Jean-Claude Juncker, antes de la sesión informal del Consejo Ecofin que presidirá la titular española de Economía, Elena Salgado.

Otras fuentes implicadas en las negociaciones aseguraron esta semana que los socios europeos están listos para activar en cualquier momento el mecanismo de ayuda a Grecia, si este país lo solicita.

Los líderes de la Eurozona acordaron hace dos semanas las características generales de ese instrumento financiero de emergencia, que constaría en su mayor parte de préstamos estatales bilaterales y de una aportación "sustancial" del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La aplicación del mecanismo requeriría, primero, una solicitud formal por parte del Gobierno griego, lo que hasta ahora no se ha producido, y, segundo, la aceptación unánime de los socios de la Eurozona.

Que todos los miembros del euro deban dar su visto bueno no significa que todos vayan a prestar dinero a Grecia, aclararon esas fuentes, pues cada país es soberano para decidir si deja o no dinero a otro.

El compromiso político de los dieciséis miembros también precisó que el tipo de interés al que será prestado el dinero no contendrá "ningún elemento de subvención", aunque no detalló cómo se calcularía.

"El objetivo de este mecanismo no consistirá en proporcionar financiación a los tipos de interés medios de la zona del euro, sino establecer incentivos para regresar lo antes posible a la financiación del mercado mediante una determinación adecuada del precio del riesgo", afirma la declaración aprobada por los jefes de Estado o Gobierno del Eurogrupo el 25 de marzo.

"No se tratará de tipos de interés de carácter favorable, es decir, no contendrán ningún elemento de subvención", añade.

Esta afirmación, unida a la implicación segura del FMI, proporciona una pista sobre los términos en los que los europeos concederían la ayuda financiera.

No podrán ser muy diferentes a los que establece el FMI en sus intervenciones a medio plazo en solitario, según los expertos.

En casos parecidos, para el cálculo del tipo de interés se toma como referencia un período de tiempo que refleje el verdadero riesgo y los fundamentos económicos del país, pero en condiciones de mercado no perturbado.

Así fue como calculó Bruselas los tipos de interés vinculados a las garantías estatales que autorizó para ayudar a los bancos comerciales a superar la crisis crediticia.

Últimamente, el Tesoro griego ha de ofrecer a los inversores intereses superiores al 7% para colocar sus obligaciones a diez años, lo que supone un récord histórico desde la adhesión del país al euro y una penalización que pone en riesgo el éxito de su duro ajuste presupuestario.

El tipo de los préstamos bilaterales podría ser dos puntos porcentuales inferior, pero no mucho más.

Si el Gobierno griego solicitara la ayuda en las próximas horas o días, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) tendrían que evaluar la situación para cerciorarse, en primer lugar, de que existe un plan de ahorro viable que genere superávit suficiente como para devolver el dinero a los socios en un plazo razonable.

También correspondería a la CE y al BCE proponer el montante de los préstamos bilaterales y los plazos de vencimiento.