El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, advirtió ayer que no va a tolerar que un conflicto entre los controladores y AENA lo pague Canarias. "El derecho a la huelga está garantizado y si los controladores deciden ir a un conflicto laboral lo respetaremos, pero eso que se llaman huelgas de celo o encubiertas que paralizan la actividad económica buscando argucias para que no funcione el control aéreo, eso no lo vamos a consentir y el Gobierno canario hará todo lo que esté en su mano, incluyendo acudir a la Justicia, para que cada uno cumpla con su obligación", aseguró rotundo el jefe del Ejecutivo regional.

Fuentes de AENA negaron ayer la existencia de retrasos o cancelaciones con los vuelos en las Islas. Rivero dijo que "la economía canaria no puede permitir que una minoría ponga en riesgo de nueva una tendencia a la mejoría del sector turístico, lo que nos faltaba ahora que empezamos a recuperarnos es que vuelvan los problemas a los aeropuertos. Eso no se puede tolerar bajo ningún concepto y mi mensaje es claro y rotundo porque Canarias no será utilizada como conejillo de indias en los problemas que enfrentan a los controladores y AENA, que ponen en riesgo nuestra principal actividad económica".

Una portavoz autorizada de AENA culpó ayer a los controladores de haber iniciado una estrategia de huelga de celo mediante el incremento del absentismo laboral para protestar contra la aplicación del nuevo decreto que regula los turnos de trabajo. El organismo dependiente de Fomento califica la situación de "insostenible" y asegura que "no vamos a consentir que una vez más se tome a los pasajeros como rehenes" y que actuará "con todas las herramientas que nos permite la ley para evitarlo", según manifestó ayer a este periódico una portavoz autorizada.

Por su parte, el sindicato mayoritario de los controladores aéreos, USCA, niega rotundamente las acusaciones y asegura que lo que AENA llama absentismo laboral no es otra cosa que un aumento de bajas médicas legales y otorgadas por la Seguridad Social y que atribuye a las condiciones de trabajo y al estrés como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley de Tránsito Aéreo, y de la campaña de "acoso" sufrida por el colectivo en los últimos meses, según relató ayer su portavoz sindical, Daniel Zamit.

La nueva ley, con dos meses en vigor, otorga a AENA la organización de los turnos de trabajo de los controladores aéreos y establece en 1.750 el número de horas anuales para cada uno de ellos. Hasta ahora, eran los controladores quienes regulaban sus horarios hasta el mismo tope de horas anuales pero con la particularidad de que a partir de las 1.200 horas se les remuneraba como horas extras.

El sindicato USCA asegura que existe una "relación directa" entre las bajas producidas en mayo y las condiciones laborales establecidas en la nueva ley, que incluye jornadas mensuales de 30 días de trabajo". Esta situación, asegura Zamit, ha provocado la aparición del estrés acumulado de la plantilla que produce episodios de ansiedad y casos de depresión". Recalca que "estas bajas no son cortas", lo que se traducirá en la necesidad de que AENA tenga que seguir decretando servicios obligatorios.