La huelga general convocada por los sindicatos UGT y CC OO en contra de la reforma laboral no logró frenar Canarias. El seguimiento en los distintos sectores fue desigual, de tal forma que tuvo una mayor incidencia en el transporte y en el Puerto y apenas se notó en el comercio, la función pública o en la educación. Como es habitual en un conflicto de estas características, las cifras ofrecidas por los convocantes distaron mucho de las oficiales o de las divulgadas por las patronales sectoriales. Las centrales sindicales cifraron la media de paro en un 67% en Canarias, una de las más bajas del país, mientras que los empresarios apenas dieron un 10% general de seguimiento y el Gobierno canario sólo ofreció algunos datos limitados a sus áreas de competencia, aunque con unas cifras también muy bajas de repercusión. Por su parte, la Delegación del Gobierno no ofreció datos concretos.

La jornada transcurrió por unos cauces más normales de los esperados a priori. Como consecuencia, la semiparálisis que sufrieron algunos servicios y sectores se debió más a la población, que se retrajo en la utilización de los servicios públicos ante el temor a incidentes. De esta forma, los colegios, la sanidad o los transportes se vieron ante la paradoja de que fueron más los trabajadores que acudieron a sus puestos que los usuarios que demandaron los servicios.

Los sindicatos desplegaron sus piquetes informativos en los puntos neurálgicos pero sólo hubo pequeños incidentes y la fuerte presencia policial impidió que fueran a más en lugares como Mercalaspalmas, la Estación de Guaguas de San Telmo, en algunas zonas comerciales o en los aeropuertos, mientras que sólo se registró un detenido en La Palma. De hecho, el secretario general de UGT en Canarias, Juan Francisco Fonte, aseguró que la huelga había sido un éxito a pesar del "estado policial" existente, acusando a la delegada del Gobierno, Carolina Darias, de plegarse a las exigencias de las patronales para evitar que la huelga general tuviese un mayor seguimiento.

Las Islas amanecieron ayer como un día de vacaciones veraniegas. Poco movimiento de tráfico, escasos camiones transportando mercancías por la paralización de los puertos y pocas personas en los aeropuertos y en las zonas y centros comerciales. Los piquetes se dedicaron a entorpecer la apertura de las comercios y a intentar impedir la salida de las guaguas de transporte regular desde primeras horas de la mañana. Muchas familias (un 80% según los sindicatos y un 40% según el Gobierno) decidieron no mandar a sus hijos a colegios e institutos, dándose el caso de que en algunos centros había más profesores que alumnos. Los vuelos interinsulares y con la Península registraron una bajada significativa de pasajeros en las conexiones sujetas a servicios mínimos ya que los usuarios cambiaron sus billetes ante el temor de problemas en la salida de los vuelos. Asimismo, pocos funcionarios secundaron el paro y la demanda energética apenas cayó un 3% ya que la previsión de consumo a las 12.00 horas era de 1.255 megavatios y el consumo real fue de 1.217.

Donde más se notó el paro en la capital grancanaria fue en el puerto de La Luz, cuyos trabajadores cumplieron escrupulosamente los servicios mínimos y sólo se movió la mercancía perecedera o peligrosa. También se notó el paro en la empresa Guaguas Municipales ya que su personal también se limitó a sacar a las calles sólo las líneas establecidas por los servicios mínimos. La actuación de la empresa Global levantó la ira de los sindicatos, que criticaron a sus directivos por imponer unos servicios superiores al 60%.

MANIFESTACIÓN. Las manifestaciones convocadas por las centrales sindicales en todas las Islas fueron seguidas por varios miles de personas, ya que a los convocados por los sindicatos se unieron partidos y agrupaciones de izquierda y otros colectivos sociales y laborales que evidenciaron su descontento no sólo con la reforma laboral del Gobierno central, sino también con la Ley de Función Pública que prepara el Ejecutivo canario o con los recortes en el Consorcio de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria. La manifestación en la capital grancanaria fue seguida según los sindicatos por más de 10.000 personas, mientras que la Policía Local estimó la participación en unos 3.000 manifestantes.

El recorrido de la manifestación transcurrió sin mayores incidentes. Las mayores pitadas y descalificaciones de los asistentes tuvieron lugar ante la Delegación del Gobierno, al pasar por delante de la sede de la Presidencia del Ejecutivo regional y en la zona comercial de Mesa y López. Al grito de "Zapatero dimisión" o "Este partido lo vamos a ganar", los principales dirigentes sindicales mostraron su satisfacción por el poder de convocatoria y exigieron al Gobierno de Zapatero una rectificación inmediata de su política económica.

El secretario general de UGT Canarias, Juan Francisco Fonte, y el secretario de Política Institucional de CC OO, Pedro Costeras, destacaron que los sindicatos se sienten "muy contentos" porque Canarias "ha respondido al reclamo de la huelga general al igual que toda España", y advirtieron de que si el Gobierno no rectifica con su reforma laboral habrá más huelgas generales hasta q