El Gobierno de Canarias acaba de suprimir los bungalós y las pensiones de la ordenación hotelera del Archipiélago, además de los apartamentos de dos y una llave. El Ejecutivo regional justifica esta reconversión por la necesidad de adaptar su normativa a las nuevas directivas europeas.

El último Consejo de Gobierno también aprobó una modificación de la ley de Turismo que incluye la regulación del régimen de comunicación de inicio de la actividad y su control posterior. Y también incluye la regulación de los hoteles de cinco estrellas y de los de gran lujo.

Sin embargo, el presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos de Las Palmas, Tom Smulders, se muestra descontento con la medida del Gobierno "porque existe un mercado que está acostumbrado al bungaló y nosotros pedíamos que se mantuviera las mismas tipologías". En parecidos términos se expresa Fernando Fraile, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas. Pero ambos empresarios prefieren mirar hacia adelante y centrarse en los aspectos positivos de la nueva normativa.

Smulders apuesta por un "control severo" de las camas ilegales, que cifra en 16.430 en Gran Canaria, aunque considera que la nueva normativa del Gobierno no ha modificado la regularización de las piscinas "que significan un verdadero calvario para estar dentro de la legislación". En cualquier caso, destaca la necesidad de evitar que se alquilen de forma individual, al margen de las unidades de explotación o por propietarios desde el extranjero.

Smulders, por su parte, entiende que es necesario aplicar una nueva filosofía al sector turístico porque el mercado está cambiando y también los métodos de contratación desde la llegada de internet, "nosotros tenemos que saber ofertar nuestro producto porque tenemos una isla maravillosa". El portavoz de los empresarios de apartamentos apunta la conveniencia de "fragmentar" el mercado, entendido no como una forma de dividirnos, sino como un puzle en el que podamos encajar todos, porque si no lo hacemos ahora quedaremos descolgados en el futuro".

La nueva clasificación para los establecimientos turísticos no afectará a los complejos que se encuentran en explotación, que pasarán a integrarse de forma automática en las nuevas tipologías que les correspondan. Smulders evita detenerse en las discrepancias con la Administración y centrarse en los aspectos que los unen.

Tanto Fraile como Smulders evitan aplaudir la nueva clasificación hotelera o de apartamentos, pero prefieren mirar hacia adelante.