El Gobierno canario no sólo no se plantea tocar a la baja el impuesto sobre los combustibles sino que teme un descenso en la recaudación debido a la disminución del consumo de carburantes como consecuencia de la fuerte subida de los precios que está provocando la situación en los países del norte de África, sobre todo Libia. La recaudación de este gravamen especial supera los 200 millones de euros anuales, si bien en los presupuestos de 2011 existe una previsión a la baja cercana al 4% con respecto a 2010, pasando de 225 a 217 millones de euros.

El consejero de Economía y Hacienda, Jorge Rodríguez, aseguró ayer que "revisar el impuesto del combustible en Canarias, que es extraordinariamente bajo, no es la solución para el incremento de los precios de los carburantes que se está produciendo". Rodríguez recordó que el impuesto de las gasolinas y el gasóleo grava el volumen, de tal manera que para cada tipo de carburante tiene una cantidad fija por litro que, en el caso de la gasolina, es de unos 20 céntimos.

Como consecuencia de esta situación, el titular de Economía y Hacienda advirtió que si los precios se duplican los ingresos para las arcas autonómicas no se duplican de la misma forma. Al contrario, como la tendencia es a consumir menos la recaudación baja, por lo que el impuesto no influye en el precio de los combustibles en Canarias, situación que sí cambia en la Península o en otros países europeos. "El diferencial fiscal en Canarias es significativo frente a la Península y más si lo comparamos con Alemania", concluyó.

Jorge Rodríguez culpó de este incremento de precios a los movimientos "especulativos" de los mercados internacionales por la situación de Libia, que no es el primer suministrador de petróleo ni de España ni de Canarias. Rodríguez se mostró desconfiado en estas alzas debido a que "el peso de Libia no es tanto como para justificar el incremento", después de que las referencias del barril de Brent hayan subido a los niveles de 2008, por lo que insistió en su teoría de que se debe a motivos más bien especulativos. "Estamos preocupados por las oscilaciones", precisó, que obedecen a las citadas especulaciones "y a la presión de consumo en países emergentes".