Por detrás de Andalucía, Murcia y Canarias en el misery index se sitúan algunas comunidades muy marcadas por el alto déficit público, aunque en algunos casos también por un elevado porcentaje de desempleo. Así, Castilla-La Mancha (28,26), Baleares (29,52), Valencia (27,59) o Cataluña (22,87), por ejemplo, deben su índice de miseria sobre todo a sus respectivos agujeros presupuestarios, del 6,47, 4,16. 3,47 y 3,86%, respectivamente, muy por encima de los objetivos del 2,4 por ciento del PIB fijados por el Gobierno central a instancias de la UE.

Entre medias se cuela también Extremadura, con un índice de miseria del 27,29, pero también como consecuencia del efecto del desempleo en la región (25,06), que del déficit, contenido en el 2,23.

Las regiones que se sitúan en la parte baja de esa tabla y cuyos riesgos económicos y sociales son menores son el País Vasco, Madrid y Navarra, cuyos índices de miseria son del 13,85, 16,12 y 16,490 por ciento respectivamente. En las dos comunidades forales se debe sobre todo a su bajo nivel de paro, del 11,61 y 13,40 por ciento respectivamente, mientras que la comunidad madrileña compensa un mayo paro, del 15,43, con un espectacular bajo nivel de déficit del 0,69 por ciento.