El Gobierno griego reiteró hoy que no baraja abandonar la eurozona ni volver a introducir su propia moneda, desmintiendo la información publicada ayer por el portal digital del semanario "Der Spiegel".

En un comunicado del Ministerio de Finanzas, se informa también de que el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantínu, participó anoche en una reunión extraordinaria en Luxemburgo para discutir sobre la crisis financiera helena.

Esa reunión, "que convocó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se celebró con motivo del encuentro entre los ministros de Finanzas de la eurozona que participan en el G20", informa el Ministerio.

Añade que "el ministro (griego) fue convocado para participar con el fin de intercambiar opiniones sobre los acontecimientos económicos en Grecia".

"Es completamente obvio que en ese encuentro no se consultó ni se debatió sobre la permanencia de Grecia en la eurozona, como habían difundido de forma irresponsable y por sus propios motivos los medios de información extranjeros", dice el comunicado.

El periódico ateniense "Ta Nea", informó hoy de que en ese encuentro se examinó la crisis de la deuda de los países de la divisa común y el déficit presupuestario de Grecia, Irlanda y Portugal.

Las fuentes del periódico señalan que en la reunión se trató sobre la prolongación del plazo de pago de la deuda griega, que incluye la devolución del préstamo de la eurozona y del Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 110.000 millones de euros recibido en 2010.

Según las fuentes del periódico, "no se descartó que se hayan examinado las opciones relacionadas con una quita (reestructuración) de la deuda griega".

Los colegas de Papaconstantínu parecen haber pedido a Grecia que haga más severas las condiciones del programa de recuperación griego y se conversó sobre la extensión del periodo de supervisión extranjera de la economía mas allá de 2012.

Los sindicatos mayoritarios ya han convocado para el miércoles 11 de mayo una huelga general de 24 horas en protesta contra las nuevas medidas del gobierno para alcanzar sus objetivos de reducir el déficit a menos del 3 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Según Ta Nea, "el gobierno griego desea que la zona del euro se comprometa en apoyar a Grecia si no logra en 2012 regresar a los mercados para obtener los 27.000 millones de euros que necesita para pagar sus deberes de deuda".

El déficit en 2010 fue mayor de lo esperado, con un 10,5 % del PIB y a una deuda que se espera que se alce al 160 % en 2012, por lo que los mercados ponen en duda que Grecia sea capaz de cumplir con sus compromisos de pago.