La crisis griega ha vuelto a situarse en el centro de las preocupaciones de la Unión Europea, que ha decidido prolongar una semana más su misión conjunta con el FMI en Atenas y ha comenzado a hablar en público de un tema considerado tabú hasta el momento: la reestructuración de la abultada deuda del país.

Hasta hace poco más de una semana, el discurso oficial continuaba negando cualquier tipo de especulación sobre la reestructuración de la deuda del país, por considerar que tendría consecuencias "nefastas" para la economía griega y la de sus vecinos, al aumentar las posibilidades de contagio a otros países periféricos.

Pero desde la celebración de una reunión secreta en Luxemburgo, el 6 de mayo pasado, el tabú ha ido cayendo paulatinamente hasta que el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, reconoció hoy por fin que una "reorientación voluntaria podría examinarse".

La palabra "reprofiling" (en inglés, reordenación, refundación) empleada por Rehn (pero también por el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker) es el término bajo el que se esconde algún tipo de un acuerdo voluntario con los tenedores privados de bonos para alargar los plazos de devolución.

Otra de las opciones que se barajan para Grecia es un aumento de los préstamos internacionales al país, más allá del rescate de 110.000 millones que la UE y el FMI le concedieron en mayo del año pasado.

Los ministros de Finanzas europeos tomarán una decisión sobre el capítulo griego en la reunión que celebrarán a mediados de junio en Luxemburgo, una vez se conozcan las conclusiones de la misión de la UE y el FMI, según precisó Juncker.

En todo caso, todos los dirigentes económicos europeos reunidos ayer y hoy en Bruselas insistieron en que, antes de abordar ninguna de estas opciones, Grecia deberá hacer mayores esfuerzos para cumplir sus compromisos de consolidación fiscal, privatizaciones y reformas.

En este sentido, el Eurogrupo pidió ayer a las fuerzas políticas helenas que logren un acuerdo entre partidos para mostrar su compromiso con el programa de asistencia, tal y como sucedió en Irlanda y Portugal con sus respectivos programas.

Según las previsiones económicas publicadas por la Comisión Europea el viernes, el déficit público griego se situará en el 9,5 por ciento del PIB en 2011, por encima del 7,6 pactado; mientras que la deuda aumentará hasta alcanzar el 166,1 por ciento en 2012.

En este contexto, las dudas sobre si Grecia estará en condiciones de volver a financiarse en los mercados en 2012, como contempla su rescate, han dado alas al debate sobre lo inevitable de la reestructuración de su abultada deuda.

Por otro lado, la detención del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, por un supuesto caso de agresión sexual, siguió planeando sobre la reunión de ministros de Finanzas europeos.

Los asistentes coincidieron en abogar por un europeo, en caso de que sea necesario sustituir al socialista francés al frente de la institución, aunque ministras como la española Elena Salgado o la austríaca Maria Fekter fueron más allá y emitieron hoy palabras más duras.

La ministra de Economía española, Elena Salgado, llegó a decir que confía en que el director gerente del FMI utilice "su mejor criterio" para decidir si continúa en el cargo, antes de subrayar que en otras ocasiones "no parece que lo haya tenido".

Asimismo, Salgado calificó de "extrema gravedad" las acusaciones que pesan sobre el político francés, al tiempo que añadió que su solidaridad "está con la mujer que ha sufrido una agresión, si efectivamente ha sido así".

Las declaraciones contrastan con las efectuadas anoche por el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, quien se declaró muy triste por la detención de su "amigo" Dominique Strauss-Kahn y tachó de indecente el debate sucesorio iniciado por algunos países europeos.