El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, se replantea el momento en que sacará a Bolsa el banco. El grupo del que forma parte la Caja de Canarias tiene todo preparado para solicitar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la fecha en la que se estrenará en el parqué, que en principio era a mediados de julio. Sin embargo, Rato teme que esa salida al mercado en julio coincida con una nueva crisis de la deuda, con la prima de riesgo española más lejos que nunca del bono alemán como consecuencia del riesgo de contagio griego y con la bolsa de brazos cruzados o alejándose de los 10.000 puntos.

Lo reconocieron ayer en Bankia de esta forma: "La salida a Bolsa puede ser en julio, pero es verdad que tenemos hasta marzo de 2012 para hacerlo y nunca hicimos oficial fecha alguna". Las nuevas previsiones del banco apuntan ahora a octubre, pero será el presidente quien decida a lo largo de esta semana cuándo se hará. Ejecutivos isleños de banca y gestores de fondos reconocían ayer que julio puede ser el peor momento y Bankia necesita captar al menos 1.795 millones para elevar su capital básico al 8% como sociedad cotizada. El pronóstico más optimista del grupo hace dos semanas era alcanzar incluso los 3.000 millones.

Sin embargo, la debilidad de los mercados obliga a Bankia, como al resto de bancos de cajas que pretenden acudir al parqué, a ir a precios irrisorios si quieren cubrir sus demandas de capital. Precios al nivel del 0,50 sobre el valor en libros del banco, justo lo que están costando ahora mismo los bancos griegos. Además, la decisión de Telefónica, el pasado viernes, de parar en seco la salida a Bolsa de Atento encendió todas las alarmas.

De otro lado, la situación política parece cada vez más enmarañada e indescifrable; los mercados dudan sobre la capacidad del Gobierno de sacar adelante sus reformas, sobre todo porque no tiene garantías de estabilidad y en apenas tres semanas el Congreso debe aprobar el techo de gasto para 2012. ¿Con qué votos lo hará? Ahora mismo sólo tiene los suyos, 169 diputados, insuficientes.

En consecuencia, los analistas de Bankia temen que la situación devenga en crisis política inesperada y eso coincida con el banco cotizando en el parque madrileño. Pero también saben que dejarlo a octubre podría ser incluso peor, porque en la evolución favorable de la economías española parece creer sólo el Gobierno del presidente Zapatero.

Las fuentes bancarias y de gestión de fondos consultadas señalan que comprar Bankia es interesante, pero puntualizan: "Lo que queremos es comprar Bankia, pero no la situación económica que envuelve al país". Es decir, se trata de un gran valor, a precios razonables, pero son las incertidumbres sobre la economía española las que retraen la demanda.