La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Telde, María Zabala, mantuvo ayer la imputación de un delito de sedición y otro de abandono colectivo de un servicio público contra siete controladores aéreos supuestamente implicados en la huelga que terminó con la militarización del control aéreo español durante los primeros días del mes de diciembre.

La juez que instruye el caso llamó ayer a los técnicos aéreos canarios para escuchar su declaración sobre lo sucedido en el aeropuerto de Gran Canaria durante el puente de la Constitución y, tras conocer su testimonio, en el que todos negaron su implicación en la huelga y declararon su inocencia, mantuvo los cargos que el ministerio fiscal les imputa desde hace meses.

Fue la de ayer una primera jornada maratoniana de siete horas de duración, puesto que comenzó a las nueve de la mañana, con la apertura de los juzgados, y concluyó a las cuatro de la tarde, dos horas después de que cerrasen.

En ésta, los trabajadores de AENA fueron pasando de uno en uno a presencia de la juez; el fiscal, Ignacio Amor; el abogado de la acusación particular, Antonio Rodríguez Bautista y el letrado de la defensa, perteneciente a la organización de servicios jurídicos BCN Iuris, para explicar lo que había sucedido durante los días 3 y 4 de diciembre, momento en que los militares se hicieron con el control de las torres y restauraron la normalidad aérea en España.

Ninguno de los controladores citados se negó a testificar, cosa que, según la defensa, "muestra la buena voluntad con la que han acudido a los tribunales, siempre con el ánimo de solucionar lo antes y mejor posible la triste situación que se ha generado".

El letrado de la acusación particular, que representa los intereses de la Federación Empresarial Canaria de Ocio y Restaurantes (Fecao), explicó, al abandonar el edificio de los juzgados, que "los controladores se habían defendido de los cargos explicando que sus acciones se debieron "simplemente a un cierre patronal" y que, por lo tanto, "la responsabilidad de lo que sucedió no era suya".

No quieren hablar

Los técnicos de AENA, por otra parte, no quisieron hacer ningún tipo de declaración a su salida de los juzgados teldenses e incluso negaron, al ser preguntados por su profesión, ser parte del colectivo de controladores aéreos por la presión mediática a la que han sido sometidos desde la revolución que paralizó el país a finales de 2010.

Las declaraciones de más controladores prosiguen hoy en el juzgado de Telde.