La Eurozona movilizó hoy todas sus armas políticas y dialécticas, en consultas telefónicas y reuniones de emergencia en diferentes capitales, para evitar que España e Italia se conviertan al final en víctimas fatales de la crisis de la deuda.

El hecho de que el martes la Comisión Europea recalcara su plena confianza en las medidas de ajuste y de reforma de Madrid y de Roma y descartara tajantemente un rescate no evitó que las primas de riesgo española e italiana marcaran, un día más, nuevos máximos.

Así el rendimiento que tiene que ofrecer el Estado español para que los inversores se animen a comprar bonos nacionales en lugar de germanos alcanzaba a pocas horas del cierre de la bolsa el 6,20 %.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien se encuentra en Portugal, calificó hoy de "claramente injustificado" el acoso de los mercados a España e Italia.

La presión ha hecho que los contactos a todos los niveles se intensificaran en las últimas 24 horas entre las capitales de la Eurozona y las instituciones europeas.

El fondo de rescate podrá actuar para prevenir crisis, financiar la recapitalización de bancos mediante préstamos a los gobiernos, e intervenir en los mercados secundarios en circunstancias excepcionales y en consulta con el Banco Central Europeo.

El problema es que aún no se han concretado los detalles prácticos en un texto legal que, además, tendrá que ser rubricado por los 17 gobiernos que tienen el euro y aprobado por los parlamentos nacionales antes de poder ser empleado como vehículo financiero para espantar a los especuladores.

Berlusconi: " El sistema económico de Italia es sólido"

El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, instó hoy al país a no dejarse llevar por el nerviosismo de los mercados, en los que la prima de riesgo de la deuda pública italiana marcó este miércoles un nuevo récord al alcanzar los 390 puntos básicos.

En una comparecencia ante la Cámara de los Diputados (Baja), Berlusconi insistió en la solidez de la política y la economía italiana y en lo adecuado de su plan de ajuste presupuestario de unos 79.000 millones de euros, aprobado el pasado 15 de julio por el Parlamento con una tramitación más breve ante las presiones de los mercados.

"La situación a la que tenemos que hacer frente es la directa consecuencia de una crisis de confianza, que tiene que ser afrontada con coherencia y firmeza, sin dejarnos llevar por el nerviosismo de los mercados", indicó el jefe del Ejecutivo italiano.

"Tenemos bases económicas sólidas. Nuestros bancos tienen liquidez, son sólidos y han superado las pruebas de solvencia europeas", agregó el mandatario.