Los precios de la vivienda se encarecieron en España un 155% durante el anterior ciclo de expansión económica (entre 1995 y 2007, a un ritmo anual del 8%) y sólo han caído un 22% entre el estallido de la crisis financiera y el primer trimestre de 2011, según el informe trimestral de la eurozona publicado este martes.

Entre los países de la eurozona, sólo Irlanda (con un aumento de precios del 172%) y Malta (157%) experimentaron una burbuja inmobiliaria más grande que la española. La caída de precios desde la segunda mitad de 2007 ha sido del 38% en el caso irlandés (la mayor de la eurozona) y del 11% en el de Malta.

El director general de Asuntos Económicos del Ejecutivo comunitario, Marco Buti, ha señalado que las hipotecas a interés variable, la elevada tasa de cobertura de los créditos respecto al valor de la propiedad y los incentivos fiscales para la compra de vivienda "parecen aumentar el riesgo de desequilibrios en el mercado de la vivienda".

Además, las políticas orientadas a fomentar la propiedad, especialmente entre la población de ingresos bajos, "pueden también tener un impacto negativo en la estabilidad del precio de la vivienda".

En su informe trimestral de la eurozona, la Comisión insiste en que "durante los meses del verano, la crisis ha alcanzado nuevos niveles de gravedad y urgencia ya que han reaparecido peligrosos bucles de retroalimentación entre el riesgo soberano, la salud del sector bancario y la economía en sentido amplio".

El Ejecutivo comunitario confirma que durante la segunda mitad del año se producirá una ralentización del crecimiento en la UE y avisa de que "los riesgos a la baja para las perspectivas de crecimiento se han incrementado, sobre todo por la preocupación por la crisis sin resolver de la eurozona y sus repercusiones en la salud de los mercados financieros, así como por la ralentización de la economía mundial".

"Esta evolución subraya la necesidad de una actuación política contundente", insiste la Comisión. Por ello, reclama a todos los Estados miembros que apliquen las decisiones de la cumbre del Eurogrupo del 21 de julio y confirma que está estudiando opciones para reforzar el fondo de rescate de 440.000 millones de euros para países endeudados.