La banca española dejó ayer claro que no necesitará al Estado para reforzar su capital de máxima calidad, para el que calculan que les bastará con conseguir 16.415 millones, un 37 % menos de lo previsto por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). Esta rebaja se explica únicamente porque el Santander ha rebajado sus necesidades de capital, de 14.971 millones a 5.224 millones, al incluir sus emisiones de bonos convertibles en acciones, que finalmente computan como capital de máxima calidad. El grupo BFA-Bankia, en el que se ha integrado la Caja de Canarias, necesitará 1.140 millones de euros.

Banco Santander y BBVA prometieron ayer a sus accionistas que mantendrán su política de dividendo y no ampliarán capital, ya que dan por descontado que podrán reforzar sus fondos propios por sí solos, ayudados por la propia generación de resultados. El resto de bancos claves para España (BFA-Bankia, La Caixa y Banco Popular) también asegura que logrará cubrir sus déficit de capital sin ayudas públicas, tal como preveían el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el Banco de España.

Según los primeros cálculos, el Banco Santander tendrá que reforzar su capital en 14.971 millones; BBVA, en 7.087 millones; el Banco Popular, en 2.362 millones; y La Caixa, en 602 millones. En total, 26.161 millones para cumplir con los nuevos requisitos de solvencia, a los que hay que sumar 6.290 millones por quitas de deuda soberana griega. Esta recapitalización deberá estar concluida a finales de junio de 2012 con una proporción de capital de máxima calidad frente a activos de riesgo (core capital) del 9 % tras ajustar su cartera de deuda soberana a precios de mercado.

Con ese cálculo, España es, después de Grecia, el país cuyos bancos necesitan más capital, casi una cuarta parte de los 106.447 millones que requiere el conjunto de la Unión Europea y mucho más que Francia (8.844 millones) o Alemania (5.184 millones). Algo que a juicio del consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, es "chocante" si se tiene en cuenta que Francia y Alemania son los países con mayor exposición a la deuda griega. En la misma línea, el presidente de BBVA, Francisco González, criticó que el plan europeo de recapitalización financiera no aborde los problemas de calidad de los activos que sigue teniendo la banca del Viejo Continente.