Si algo ha llamado poderosamente la atención estos últimos días has sido la toma de posesión de presidente del Banco Central Europeo por parte del italiano Mario Draghi y la forma tan extraña con la que ha comenzado su mandato.

Y es que su predecesor, Trichet, que había subido el tipo del interés del dinero hasta 1,5% y pensaba incluso que debería de haber subido más antes, ha visto como Draghi ha bajado un cuarto punto el precio del dinero hasta dejarlo en el 1,25%, lo nunca visto en ningún presidente el día de su estreno.

Y es que para al ciudadano de a pie esta bajada le debería de resultar beneficiosa pero no creo yo que esto se vaya a producir.

Por un lado, bajar los tipos de interés debería de repercutir en el Tipo Hipotecario por excelencia, el Euribor, y ver también un descenso en los intereses de las hipotecas, pero raro me parecería a mí el que las entidades aplicasen esta reducción ya que sería un descenso de ingresos considerable.

Los depósitos bancarios a la fuerza deberán de reducir la remuneración que ofrecen ¿cuánto? Eso ya queda a discreción de cada entidad, pero me oriento más al tema de que mantendrán los diferenciales a aplicar constantes con lo cual, una bajada de tipos, si está remunerando a tipo fijo a largo plazo, supondrá que la entidad pague más por el largo plazo de lo que podría contratarlo ahora, con lo cual esto repercutirá al ciudadano de a pie seguro.

En teoría, un menor coste de financiación del dinero debería de repercutir en una apertura del crédito por parte de las entidades financieras, pero según están, con ayudas públicas y con escasez total de liquidez, las reducciones de este cuarto de punto en el precio del dinero apenas motivarán la concesión o apertura del grifo del crédito.

Sencillamente, y eso ya es una opinión personal, esta bajada de un cuarto de interés solamente perseguía que se calmasen los mercados frente a la crisis que tiene encima el país de Mario Dragui, Italia, ya que esta bajada no estaba descontada por los mercados, y supuso un fuelle y una furia de alegría en los diferentes mercados bursátiles que ayudo a solventar parte del conflicto italiano en ciernes.