El 15,94 % de las familias canarias tiene a todos sus integrantes en paro, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), hecha pública en los últimos días de octubre. La traducción a valores absolutos es demoledora: ninguno de los miembros en situación de activos de una de cada seis familias de las Islas tiene trabajo. La situación se ha disparado desde el inicio de la crisis y se ha mantenido estable en el último año. De hecho, el porcentaje se ha reducido entre los meses de septiembre de 2010 y 2011 en cuatro pírricas centésimas.

En septiembre de 2007, cuando la crisis irrumpía con fuerza en Estados Unidos y los analistas ya advertían del efecto viral que presentaba el crack, en Canarias había un 4,25 % de familias en las que no tenía empleo ninguno de sus componentes. Eso significaba uno de cada 23 núcleos familiares. Un año más tarde, la cantidad prácticamente se había multiplicado por dos hasta alcanzar el 8,91 %.

A medida que avanzaba la destrucción de empleo, también lo hacían las carencias para cada vez más familias canarias. El 13,49 % alcanzado en el tercer trimestre de 2009 dio paso al récord de 2010 (15,98 %).

Para el presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Canarias, Fernando Redondo, esta situación está contribuyendo a que se difuminen las clases medias y la sociedad "se divida en dos". Para él, resulta entendible que haya diferencias con el resto del país y Europa derivadas de la localización geográfica y de los problemas que puedan derivarse de la formación, "pero esto no tiene explicación alguna", afirma.

Peligrosa normalidad

"Lo más peligroso es que esta situación nos parece normal", afirma Redondo. Según el presidente del CES, se hace necesario reconocer el "absoluto fracaso de la formación y el empleo ocupacional" y califica como "brutal" la incidencia de este tipo de desempleo que deja fuera del mercado laboral al núcleo familiar íntegramente.

Tampoco funciona, para el también economista, el traspaso de mano de obra de un sector a otro. "No conozco a nadie que trabajara en la construcción y haya ocupado uno de los empleos generados en el sector turístico", señala y asegura que ya no es suficiente "con mantener una actitud positiva, sino que hace falta un plan de choque".