Pedro Gómez Serrano es profesor del departamento de Economía Internacional y Desarrollo de la Facultad de Económicas en la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente finaliza la licenciatura de Teología Pastoral en Madrid. Anoche impartió un curso sobre Espiritualidad y fe en diálogo con las ciencias humanas y sociales en el Club LA PROVINCIA.

- ¿Cuál es la tesis del curso?

- Reflexiona sobre la relación actual entre religión y economía. También desde la perspectiva judeocristiana tradicional, se debate sobre los relatos del Antiguo y Nuevo Testamento, también sobre la actitud de Jesús ante el desequilibrio económico y la actitud actual de los creyentes frente a la economía.

- ¿Qué tienen en común teología y economía?

- Teología y economía no son lógicas exactas. La experiencia de la fe puede analizar los procedimientos y condiciones de la economía en función de sus fundamentos éticos. Hay quien piensa que ambas ciencias se basan en leyes distintas, o que se subordinan. Estos casos desembocan en la utilización de la religión como instrumento político o su marginación más absoluta en los Estados modernos.

- ¿Qué herramientas aporta la teología a la economía?

- La teología habla de la liberación no sólo en el más allá, sino también terrenal; el ámbito económico de la teología casa con las prácticas justas y fraternas que dirimen la pobreza, y su deseo de humanizar la realidad económica. Por supuesto, la religión debe abordar eficazmente el consumo, la producción y las condiciones económicas.

- ¿Quiénes son los interlocutores en este diálogo interdisciplinar?

- Son cuatro. Tenemos a los pobres, pues de cada diez personas, cuatro viven con dos euros diarios. España acoge algo más de un 20% de personas por debajo del umbral de la pobreza. Los acomodados deben reflexionar sobre el concepto bienestar y consumo, asimilándolo al crecimiento personal, y saber que la inacción te hace responsable. Los políticos deben aprobar medidas integradoras y priorizar a los más pobres. Las clases dominantes deben contemplar el desarrollo integral que promueve el cristianismo.

- ¿Surgen conflictos en este diálogo?

- Por un lado están los cristianos que se juegan la vida en el Tercer Mundo, luchando por la justicia. También debemos ser autocríticos y denunciar a la Iglesia en ciertas posturas incoherentes con el Evangelio.

- ¿Cuál es la síntesis de la ponencia?

- La crisis suscita el diálogo entre economía y religión. Es necesario que la Iglesia se abra a los colectivos de todas las ideologías, a fin de reunirse y debatir las salidas más justas a la crisis. La postura de la Iglesia será la de apostar por la responsabilidad, la solidaridad, la justicia y la humildad para sumar fuerzas. La situación actual nos obliga a unirnos con colectivos de ideas diferentes para buscar soluciones.