Esta reforma laboral no va arreglar la situación económica que afecta a España. Ninguna reforma la puede arreglar, sino que debe acontecer una reforma de la economía a nivel mundial y que las empresas puedan acceder al crédito barato y fácil.

Hay que tener en cuenta que esta reforma rompe un equilibrio que había en el marco del derecho al trabajo, le da muchísimo poder al empresario y quita defensas del trabajador. No en vano, en este momento la patronal tiene un margen de maniobra mucho mayor para disponer del contenido del contrato de trabajo que antes no tenía. Ya superamos el período de la esclavitud y la servidumbre y lo que ocurre es que con este decreto ley se desprotege al trabajador, que ahora está mucho más indefenso.

Creo que el Gobierno central no ha hecho una reforma de tanta intensidad y de tanta gravedad para retocarla ahora. Llevamos dos años de reformas y esta última no es más que la culminación de lo que inició el anterior presidente nacional, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2010 y 2011 y le pone la guinda y remata definitivamente, incrementando la desprotección del trabajador. Estimo que este texto no ataca el Estatuto de los Trabajadores, se cambia legalmente, y no es una reforma inconstitucional. En todo caso, entre sus consecuencias está la desaparición de los Expedientes de Regulación de Empleo porque Autoridad Laboral ya no aprueba las decisiones de los empresarios. De modo que ahora son los empresarios los que deciden las extinciones colectivas, por lo que con esta reforma se facilitan los despidos objetivos y colectivos. Hasta ahora los empresarios se quejaban de que el despido es caro y han conseguido que se abarate muchísimo y también han logrado el abaratamiento para las nuevas contrataciones, en tanto que se puede contratar un trabajador por un año en un período de prueba y antes del año despedirlo sin que cueste nada o muy poquito.

En mi opinión, este nuevo decreto ley está hecho más en las línea de las pretensiones de la patronal, que de los sindicatos. No sé si aumentará los litigios en los juzgados porque ésta es una reforma tan en profundidad que no sé cuál va a ser la reacción del empresariado ni la marcha de la economía. Si la economía va bien probablemente los empresarios no tengan que hacer uso de todas las facultades que ahí se le dan, pero, sin duda, esta reforma constituye una precarización del mercado laboral.

La guinda. "Llevamos dos años de reformas y ésta última no es más que la culminación de lo que inició el anterior presidente nacional, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2010 y 2011 y le pone la guinda y remata definitivamente, incrementando la desprotección del trabajador".