- Mire España desde Alemania. ¿Se ve un lastre que arrastra la economía de la Unión?

- Todos sabemos que España está pasando por una fase económicamente muy difícil, pero no la consideramos un lastre. Al contrario. España, como país, tiene grandes oportunidades. Se está preparando para el futuro a través de las reformas que se están adoptando, una del sector financiero y otra del mercado laboral, muy audaz, que recibe nuestro apoyo político total. Era necesaria para flexibilizar el mercado laboral y va a tener efectos positivos ya el año que viene. Hay cifras que explican por qué España no es un lastre. En la Cámara de Comercio alemana en Madrid tenemos más de 1.100 empresas alemanas registradas, y ése es un número constante, no ha disminuido. Estamos convencidos de que este país saldrá de la crisis, a más tardar, el año que viene.

- Dice que le gustan las reformas de Rajoy...

- El conjunto de las medidas que se han adoptado responde exactamente a lo que el país necesita: una política de austeridad, una reforma del sector financiero y otra muy audaz del mercado laboral. Estas medidas abren la perspectiva hacia el futuro. Está claro que el Estado no crea empleo, tiene que ser el sector privado; pero estas reformas han mejorado el marco jurídico, político y macroeconómico para que el sector privado crezca y cree empleo.

- La receta de Angela Merkel pide gastar menos de lo que se gana. ¿Cómo?

- Todos, alemanes, españoles y de otras naciones, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Estábamos acostumbrados a vivir bien y a trabajar cada vez menos. En estos tiempos en que hay nuevos competidores en los mercados mundiales -Brasil, China, India, pero también Indonesia, Vietnam o Turquía- tenemos que vivir según nuestras posibilidades. La situación actual de España me recuerda a la de Alemania en los años 2003 ó 2004. Allí, cuando hicimos las reformas, también hubo una moderación en la subida de salarios acordada entre sindicatos y empresarios y durante años los asalariados sufrieron una rebaja de su poder adquisitivo. La economía empezaba a crecer, pero el poder adquisitivo de la gente seguía estancado. Éste es el proceso que ha permitido a Alemania recuperarse económicamente, porque una moderación salarial fortalece automáticamente la capacidad de la empresa de competir con otras de otros países y crea empleo. Éste ha sido uno de los elementos del secreto alemán para salir de la crisis.

- Pero los sindicatos ya se han levantado en contra de la reforma laboral.

- No se puede esperar que los sindicatos aplaudan una reforma del mercado laboral, pero lo importante es que este país salga de la crisis. También en Alemania los sindicatos acompañaron de una manera muy crítica las reformas que tuvimos que hacer, pero yo creo que al final el éxito es lo que importa y los agentes sociales deben comprometerse en la defensa de quienes tienen trabajo, pero también de la gente que busca trabajo.

- También apuesta la canciller por vincular las revisiones salariales más a la productividad que a la inflación. ¿Es eso posible en España?

- Nosotros lo hemos hecho. En Alemania los salarios nunca estuvieron vinculados a la tasa de inflación, siempre han seguido una negociación libre entre sindicatos y empresarios. Eso indica que durante muchos años los salarios subieron menos que la tasa de inflación y para poder recuperar la competitividad incluso por debajo del nivel de incremento de la productividad. También hay una particularidad importante en el caso alemán, y es que nosotros tuvimos que financiar la reunificación de nuestro país y eso supuso un gran peso económico y financiero.

- ¿Hay una clave formativa en el modelo alemán, habría que partir de revisar el sistema educativo en España?

- En Alemania, las profesiones técnicas tienen mucho prestigio. No sólo dan reconocimiento los grados académicos, sino también los técnicos, por ahí habría que empezar. Además, muchos empresarios españoles tienen que cambiar de mentalidad. Pagar un periodo de formación profesional a un joven es una inversión en el futuro del país. Entiendo que puedan pensar que luego ese trabajador puede irse a otra compañía, pero los empresarios alemanes no tienen esa visión. Entienden que tienen una responsabilidad conjunta de los empresarios por el bienestar de la nación. Y en Alemania este modelo de formación dual lo aplican las grandes empresas pero también el panadero...

- ¿Detecta indicios de mejoría en las relaciones de los dos países tras el giro hacia un Gobierno conservador en España?

- Alemania y España están vinculados de muchas maneras, en el ámbito económico, cultural, científico... Siempre ayuda cuando gobiernan dos gabinetes de la misma familia política, pero no es eso lo decisivo, sino que se trata de dos gobiernos que han escogido el camino de las reformas y hay mucha sintonía entre ellos.

- El ministro español de Exteriores se ha referido a una imprevisión en la UE como germen de la crisis. ¿Está de acuerdo?

- Estamos atravesando una crisis que no es una crisis del euro, sino financiera, y que tiene una dimensión desconocida hasta ahora. Ningún líder de Europa tenía desde el principio una idea clara de cómo salir de la crisis. Como explicó en su día la señora Merkel, tenemos que dar muchos pasos y evaluar siempre cuáles van a ser las consecuencias del siguiente. Si hubiéramos dado más dinero a Grecia al principio de la crisis, ¿habrían hecho los ajustes necesarios? Sólo con más dinero no se puede superar una crisis. Tenemos que recorrer el camino de las reformas, que son dolorosas, y más en el caso de Grecia. Vamos a salir de la crisis, pero no va a ser de un día para otro. También leo en la prensa española que Alemania no presta la solidaridad necesaria y yo creo que esto es falso. Durante décadas, Alemania ha sido la nación que más ha contribuido al Presupuesto europeo. En esta crisis, hemos financiado el 26 % de todos los paquetes del rescate a Grecia.

- ¿Aún hay que convencer a los mercados de la irreversibilidad de la unión monetaria?

- Incluso hoy queremos mantener a Grecia en la zona euro. Es un paso de integración muy importante y estamos dispuestos y decididos a defenderlo, porque la unión monetaria no es sólo un proyecto económico o financiero, sino político. Como dijo la canciller Merkel, si fracasa el euro, fracasa la UE.