El Tesoro celebra esta semana dos emisiones en un momento en el que se han recrudecido los ataques sobre la deuda soberana de la zona del euro, en particular de España e Italia, que han visto cómo se elevaba su prima de riesgo.

El próximo martes el Tesoro subastará letras a 12 y 18 meses, y el jueves bonos a dos años y obligaciones a diez, aunque aún no se han fijado los importes.

En la última subasta, el 4 de febrero, se adjudicaron con intereses más altos bonos por importe 2.589 millones de euros, cifra discreta que se sitúa en la banda baja del objetivo fijado.

Aún peor le ha ido esta semana al Tesoro italiano, que celebró dos emisiones en las que llegó a duplicar el interés aplicado respecto a subastas precedentes.

Las subastas que afronta el Tesoro esta semana adquieren relevancia por los importantes vencimientos que tiene pendientes este año, y que suman 139.000 millones.

Sólo este mes, los vencimientos ascienden a 24.000 millones, aunque en las subastas celebradas este año el Estado ha captado ya 55.500 millones de euros.

En los últimos días, el temor a una intervención en España y las dudas que suscita Italia hicieron que se dispararan las primas de riesgo hasta sus peores registros desde el pasado mes de noviembre.

En concreto, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo se aproximaba en algún momento de esta semana a los 440 puntos básicos, cerca de 40 más que al cierre de la semana anterior.

Esta subida refleja, según los analistas, las dudas que han suscitado los presupuestos generales que ha presentado el Gobierno, los más austeros de la democracia, y su capacidad para cumplir el objetivo de déficit, del 5,3 %, para reactivar la economía y reducir la tasa de paro.

El paroxismo llegó el Jueves Santo, cuando la prima de riesgo superó por primera vez este año los 400 puntos básicos y la rentabilidad del bono español a diez años volvió a aproximarse peligrosamente al 6 %, que llegó a superar esta semana.

Pese al apoyo explícito brindado por el Banco Central Europeo (BCE), los inversores parecían más convencidos por algunas declaraciones de los dirigentes de Italia o Francia.

Medios italianos filtraron una conversación privada de Monti en la que atribuía las nuevas presiones sobre Italia a la crisis española, en tanto que el presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha atacado duramente a España y la ha puesto como ejemplo de lo que no hay que hacer.

Tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como el ministro de Economía, Luis de Guindos, han defendido la solvencia de España y han reiterado que el país no necesita rescate alguno, una opinión que comparten los analistas consultados por EFE.

Los analistas de Banco Sabadell, aunque reconocen que la situación de España es grave y todavía nos quedan "meses de travesía por el desierto", a corto plazo creen que el pesimismo reinante es exagerado.

Con más detalle, un informe de Barclays asegura que el PIB español del primer trimestre podría tener un saldo menos negativo de lo esperado y caer entre el 0,5 % y el 0,6 %.

Otros expertos, como la analista de IG Markets Soledad Pellón, descartaban con claridad que España necesite un rescate, si bien reconocía la elevada "sensibilidad" de los mercados.