En una pasada reunión del comité de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) se propuso ampliar los mandatos del presidente hasta los cuatro años. Sebastián Grisaleña, en la actualidad en ese cargo, pensó en alargar su estancia un año más. La pequeña empresa, principal bastión para llevar a Grisaleña al poder, quiso ir más allá y expuso la posibilidad de revocar el artículo que impide seguir más allá de dos mandatos. El presidente lo tomó como un exceso halagador y suavizó el tono de su respuesta en atención al proponente. Su "eso no, hombre" quedó reflejado en el acta e hizo saltar las alarmas en el sector crítico.

Para llegar a ser presidente, Sebastián Grisaleña tuvo la habilidad de hacerse con el favor de quienes a priori no lo querían en ese puesto. Hasta su desembarco, la CCE se había caracterizado por luchas encarnizadas entre los empresarios de las Islas.

Los principales opositores aceptaron finalmente su llegada, pero siempre han estado vigilantes. De la lectura de la referida acta, entendieron que la intención de Grisaleña era perpetuarse en el sillón. Teniendo en cuenta que en semanas pasadas el presidente de la CCE criticó el efecto que las medidas tomadas por el Gobierno central del PP tendrán para Canarias, las campanas tocaron a rebato.

El teléfono móvil de Grisaleña sonó varias veces a lo largo del lunes advirtiéndole de la oposición con que se iba a encontrar si no variaba sus planes. Aseguran los más cercanos que no tuvo que cambiar nada, porque no tenía en mente seguir al frente de la CCE.

"En el PP son de conmigo o contra mí", señalaba ayer un empresario que prefirió optar por el anonimato. La misma fuente aseguró que si por algo se ha caracterizado el mandato de Grisaleña es por "la independencia". Y como prueba asegura que en breve verá la luz un escrito "muy duro" contra la subida de impuestos decretada por Paulino Rivero.

"Se pusieron nerviosos", afirma otro miembro de la CCE presente en todo el proceso. En la parte contraria, aseguran que hubo "precipitación" a la hora de presentar el cambio de estatutos y reconocen que el reciente enfrentamiento con Madrid "ha dejado muy tocado" a Grisaleña. Lo dan por "amortizado".