La economía sumergida y el apoyo familiar a quien pierde su puesto de trabajo son los refugios más utilizados para superar los efectos del desempleo, que afecta ya al 24,4 por ciento de la población activa en España.

María Jesús Fernández, analista en la Dirección de Coyuntura y Estadística de Funcas, ha asegurado a Efe que, aunque hay diferentes formas de calcular el peso de la economía sumergida en el PIB, ésta podría situarse en torno al 23 o al 25 %, lo que convierte a España en uno de los países desarrollados donde esta tasa es mayor.

Precisamente, para combatir esa irregularidad, el Gobierno ha aprobado este viernes un plan de lucha contra el fraude laboral, una práctica que tiene un efecto "perverso" en las arcas públicas y pone en riesgo la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social, según la ministra de Empleo, Fátima Báñez.

En opinión de la analista de Funcas, la recesión acentuará el desempleo y eso plantea un dilema a la hora de luchar contra la economía sumergida: es cierto que el Estado pierde ingresos en un momento de necesidad de ellos, pero también lo es que quizá las personas que viven gracias al empleo sumergido pueden perder ese pequeño apoyo.

"Hay ciertas ocupaciones que solo pueden subsistir así, de forma sumergida, y ahí se plantea un dilema", ha añadido. "La economía sumergida y las familias son lo que hace que esto se sostenga".

El catedrático de Economía de ESADE Pere Puig opina que más que la economía sumergida, el "cojín" que sostiene a la sociedad en un momento de crisis como este es la capacidad de "refugio" de las familias.

En declaraciones a Efe, el profesor ha recordado que la economía sumergida siempre ha estado ahí y que no hay ninguna razón que invite a pensar que sectores como, por ejemplo, las reparaciones domésticas o los talleres "ilegales", no se estén viendo también afectados por el parón de la actividad.

"En los momentos de expansión hay más margen para que la gente que compite de forma ilegal tenga una cuota de mercado importante", pero en épocas de crisis profunda estas personas también tienen "graves dificultades" para salir adelante, ha subrayado Puig.

Así, a su juicio, de no ser por el apoyo de las familias y las "piruetas" que estas hacen para llegar a fin de mes, la situación podría ser aún más grave, sobre todo para los más jóvenes que han trabajado poco tiempo y en condiciones precarias.

El director general del IEE, Joaquín Trigo, cree que la economía irregular ha crecido en los dos últimos años.

En su opinión, la economía española puede aguantar una tasa de paro de más del 24,4 %, tal y como ocurrió en 1994, cuando se alcanzó el 24,12 % "y se pudo salir".

Sin embargo, el profesor del IESE Sandalio Gómez cree que "si esa cifra fuera auténtica de verdad, se habrían producido situaciones muy graves, de gran preocupación social, que se hubieran transformado de mil maneras".

Gómez cita dos tipos de fraude: el de quienes trabajan y a la vez cobran el paro, y el de quienes agotan los dos años de prestación por desempleo sin buscar un puesto de trabajo "a fondo".

El sindicato que agrupa a la mayoría de los técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, asegura que el cobro irregular de prestaciones por desempleo mientras se realiza una actividad sumergida se produce porque hay empresas que utilizan a trabajadores en esas condiciones.

De acuerdo con sus cálculos, la economía sumergida en el ámbito laboral representa 82.486 millones de euros, un tercio del total de la economía irregular.