Todos los caminos han dejado de conducir a Roma para llegar ahora hasta Rusia. Al menos eso es lo que parecen pensar algunas empresas de alimentación canarias, como Kalise Menorquina o la cooperativa ganadera Coaldea, cuyas miras de expansión están puestas en la tierra de los zares. La aparente distancia que Rusia mantiene con la crisis económica que sacude con fuerza a parte de Europa potencia el atractivo de este país como la tierra de las oportunidades.

Durante el primer trimestre de este año las exportaciones entre Canarias y Rusia ascendieron a un total de 206,53 miles de euros en el sector alimenticio, según el Ministerio de Economía y Comercio. "Rusia es un país que importa casi de todo. La dificultad está en el alto nivel de competencia al que se enfrentan las empresas exportadoras para hacerse un hueco en el mercado que controlan las empresas importadoras que actúan como embudo o filtro de las cadenas de alimentación", comentó David Feijóo, analista de mercado de la Oficina Comercial de España en Moscú, durante el seminario virtual ofrecido ayer por el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) a empresarios de Gran Canaria y Tenerife vinculados al sector agroalimentario.

El vino blanco de malvasía y el café son algunos de los productos que pueden abrirse paso dentro del "saturado mundo" de las empresas importadoras. "El consumo de café se ha incrementado notablemente en los últimos 10 años y lo que impera son sobre todo marcas italianas, aunque cabe la posibilidad de importar café molido de otros orígenes que luego se empaqueta con el envasado de alguna marca rusa", apuntó Feijóo.

Por el contrario, el sector del plátano y del queso canario pueden encontrar más dificultades para triunfar en Rusia. "Para comerciar con queso hace falta que el producto esté homologado con las directrices rusas y, además, la empresa tiene que formar parte de un listado en el que se incluyen las exportadoras de productos de origen animal con las que pueden trabajar las importadoras del país. El proceso puede tardar de dos a tres años", comentó David Feijóo.

Al igual que con el café, las exportaciones italianas de queso son las más abundante. "Me interesaba conocer las opciones que del queso artesanal en un mercado tan amplio y ahora será cuestión de seguir los pasos para la homologación y, quizás, poder entrar como producto gourmet", comentó Úrsula Llanos, de Coaldea.

Respecto al plátano, la banana de Ecuador que se consume en Rusia está "muy consolidada". "Con tanta competencia hay que despertar el interés por los productos ofreciendo algo diferente", recomendó Feijóo.

Esto es algo que parece haber conseguido Kalise Menorquina, presente en Rusia desde hace ocho años con la venta de helados. "Al principio los importadores se interesaban por marcas más conocidas pero ahora tenemos una filial de distribución en Moscú, Kalise Ru, a la que enviamos los helados fabricados en Barcelona", explicó Svetlana Zanina, representante de Kalise.

El seminario contó además con la presencia de Rafael Molina Petit y José Lucas Martín, delegados de Icex en Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente, y de las representantes de Proesca, Romina Pérez y Carmen Sosa.