Sin saberlo miles de canarios se convirtieron en accionistas de Bankia al canjear sus participaciones preferentes. Hoy la operación les ha generado pérdidas de hasta el 57% de sus acciones, mientras que aquellos que acudieron a la salida a Bolsa de la entidad en julio de 2011 han perdido cerca del 80% de lo invertido. Las acciones salieron a cotizar a un precio de 3,75 euros, pero actualmente valen 0,95 euros y se prevé que sigan bajando.

Ayer cientos de ciudadanos se movilizaron en 30 capitales de toda España -alrededor de 35 personas en Las Palmas de Gran Canaria, contra los intentos de bancos y cajas de cargar en los usuarios el coste de su recapitalización. Protestaron, así, contra la crisis abierta en Bankia, integrada por Caja Madrid, Bancaja, La Caja Insular de Ahorros de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja.

Y es que los ahorradores afectados viven encerrados en una especie de "corralito español" de 45.000 millones de euros, 30.000 de ellos debido a las participaciones preferentes y otros 15.000 en otras emisiones de deuda soberana, afirmó el presidente de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), Manuel Pardos.

El delegado en Canarias de esta plataforma Manuel Fajardo, explicó ayer que con la entrada del Gobierno central en Bankia a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dependiente del Banco de España, "los pequeños accionistas se van a diluir y van a seguir perdiendo valor".

Además, sostiene que como consecuencia del rescate para sanear a la banca "podría dejarse caer" a alguna entidad, circunstancia en la que el ahorrador se vería "indefenso porque el que tiene participaciones preferentes o acciones con este tipo de entidades, si se procede a su liquidación, serían los últimos en cobrar". "Corren un riesgo bastante alto de quedarse sin nada", advirtió Fajardo.

Todo comenzó en 2008, coincidiendo con los inicios de la crisis económica. Cuando estalló la burbuja inmobiliaria los bancos se encontraron entre sus activos con muchos inmuebles tóxicos y por impagos por parte de promotoras. Necesitaban liquidez y entonces procedieron a capitalizarse mediante la emisión de participaciones preferentes. En principio la mayoría de los productos financieros tenían una fecha de vencimiento, pero el problema de las participaciones preferentes estriba en que no tienen fecha de vencimiento, son perpetuas. Por tanto, la única forma de que el cliente podía recuperar su dinero era vendiendo esas participaciones. El problema es que "dada la publicidad de este tipo de productos nadie los quiere comprar", señaló Fajardo.

El pasado mes de marzo Bankia ofreció a los clientes amortizar sus participaciones emitidas con una pérdida del 25% de la inversión o canjearlos por acciones. En aquel entonces, la inmensa mayoría de los inversores, el 90%, optó por el canje por acciones. Poco después, en mayo, la entidad fue nacionalizada y su acción se desplomó.

Hay miles los canarios perjudicados por la polémica de las participaciones preferentes, en toda España son un millón y, si se suman a los pequeños accionistas, pueden alcanzar los tres millones las personas afectadas, señaló el representante de Adicae en las Islas.

Este colectivo ya ha presentado una demanda de conciliación en relación a las participaciones preferentes, con la que busca iniciar negociaciones con cada una de las entidades implicadas. Si no hay un acuerdo, acudirán a la vía judicial.

Fajardo planteó que hace una semana Bankia expresó su intención de cerrar un acuerdo directo con cada uno de los damnificados, pero, según él, esta decisión es "ilegal y contrario al libre mercado". Explicó que para "una solución de verdad", la entidad debe pedir autorización a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y de momento no lo ha pedido.

El abogado de Cremades y Calvo Sotelo, bufete que defiende a la Asociación de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec), Ignacio Aragón, planteó ayer que el problema de las preferentes radica en cómo se comercializó de forma "agresiva" este producto por parte de Bankia, ya que es considerado "complejo" y sólo apto para un tipo de inversor "cualificado". Recordó que las participaciones preferentes son "un híbrido entre renta fija y renta variable", porque aunque ofrecen una renta del 7% sólo se produce ésta cuando la compañía tiene beneficios, de lo contrario ese 7% no se hace realidad.

En este sentido, Aragón subrayó el incumplimiento de Bankia de la directiva europea sobre los mercados de instrumentos financieros (MiFID), que impone que hay que realizar un test de idoneidad al inversor. El banco estaba obligado a pasar un cuestionario al cliente y, según el resultado, no le debía ofrecer un tipo de producto como las participaciones preferentes por su extrema complejidad. Sin embargo, en "muchos casos" ni siquiera se pasó el test al inversor; en otras ocasiones, "habiendo facilitado el cuestionario reflejaba que tampoco era apto el cliente y, aún así, también se le vendió" el producto, apuntó el abogado, para quien este "revuelo" financiero acabará en los tribunales.

El portavoz de Aemec lamentó la situación en la que se hallan cientos de ciudadanos que, "de repente, se han visto envueltos en una situación que no buscaban y se sienten engañados y estafados".