El Ministerio de Industria se plantea un nuevo cambio en la tarifa eléctrica que, de llevarse a cabo, conllevará un aumento del precio de la electricidad para una parte de los hogares: forzar a un mayor número de consumidores domésticos a contratar la luz en el mercado libre, como ya están obligados a hacer los que tienen consumos elevados y la gran mayoría de las empresas.

Fuentes próximas a las gestiones que está realizando el departamento de José Manuel Soria para la reforma energética confirmaron que el cambio de la llamada tarifa de último recurso (TUR) está efectivamente sobre la mesa. Desde 2009, los consumidores domésticos están acogidos a esa tarifa salvo que elijan por su cuenta acudir al mercado libre o estén obligados a hacerlo. Esto último ocurre cuando la potencia contratada del consumidor supera los 10 kilovatios. Es en ese listón donde el Gobierno quiere actuar, rebajándolo para que queden fuera de la tarifa regulada hogares y pequeños negocios que utilizan potencias inferiores. Según algunas versiones, el nuevo listón podría situarse en algo menos de 5 kilovatios, nivel que alcanzan al menos 5 millones de los 20 millones de usuarios acogidos ahora a la TUR. La potencia recomendada para un hogar con un equipamiento que incluya termo eléctrico de agua y cocina vitrocerámica rebasa los 5 kilovatios.

Un cambio de ese tipo en el mercado implicaría muy probablemente un aumento de los precios para los afectados. La TUR actúa como tarifa refugio y también obliga a las compañías eléctricas a contener los precios en sus ofertas en el mercado libre para los consumidores domésticos. El sector se queja siempre de que esa tarifa tiene un precio artificialmente bajo.

Incluso en el entorno del Ministerio de Industria se asume que la reforma de la TUR implicará, de confirmarse, un encarecimiento de la factura para los afectados. Es más, las fuentes consultadas reconocieron que se trata de un guiño a las compañías eléctricas, una forma de compensar en parte la merma de ingresos que sufrirán debido a otros capítulos de la reforma energética.

En cinco años el precio de la luz para los hogares se ha disparado más de un 50%, aunque algunos expertos y también las empresas eléctricas sostienen que la factura energética tiene un peso modesto en los presupuestos familiares (menos del 3%). Pero los hogares españoles están entre los que más pagan por la electricidad de toda Europa, algo que también ocurre con parte de la industria.