La canciller alemana, Angela Merkel, ha asegurado hoy que no ha venido a España a decirle al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo que tiene que hacer, algo en lo que ha coincidido el jefe del Ejecutivo español.

En rueda de prensa conjunta, Merkel ha mostrado su profundo respeto por las medidas de ajuste y las reformas estructurales llevadas a cabo por el Gobierno español.

Rajoy ha dicho que está adoptando las iniciativas que él cree que son necesarias para la recuperación económica y la creación de empleo, aunque ha asegurado que está atento a las recomendaciones.

"Nadie le plantea a un aliado o a un socio las reformas que tiene que hacer", ha afirmado el presidente, que ha justificado su política económica en la difícil coyuntura, aunque ha reconocido que son medidas difíciles de explicar y que no gustan a muchos.

Al respecto, Merkel ha sostenido que "ningún país quiere imponer algo difícil a otro porque sí", si bien ha recalcado que Europa se está jugando su prosperidad y saber si dentro de 20 años será un continente que el resto del mundo toma en serio.

Por otra parte, ambos dirigentes han asegurado desconocer por el momento las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) respecto al programa de compra de deuda soberana, algo sobre lo que Merkel se ha limitado a decir que la entidad central actúa dentro de su ámbito de independencia.

Rajoy ha rehusado pronunciarse sobre la posibilidad de solicitar ayuda financiera a Europa hasta que tenga "alguna novedad" respecto a las decisiones del BCE.

Merkel ha recalcado que mientras el BCE se responsabiliza del "valor de la moneda", la tarea de los países miembros del euro consiste en hacer "los deberes políticos", lo que implica que las reformas estructurales se hagan de forma "creíble".

El presidente ha insistido en que su prioridad es crecer y crear empleo a través de la consolidación fiscal, "prioridad absoluta del Gobierno", las reformas estructurales y la culminación de la reestructuración del sector financiero, con la creación del denominado "banco malo" y la llegada de la ayuda europea para la banca "a finales de octubre".

Además, ha subrayado que en paralelo está trabajando con el resto de socios europeos en la hoja de ruta para una mayor unión bancaria y fiscal.

La canciller ha defendido la importancia de que todos los socios europeos estén comprometidos con el reequilibrio fiscal y el aumento de la competitividad, porque considera que son cuestiones clave para que los países puedan seguir financiándose y "vivir en libertad".

"80 millones de alemanes no podemos hacer nada sin el conjunto de los 500 millones de europeos", ha añadido.

Asimismo, ha confiado en que su visita a España contribuya a que en España haya "una imagen realista" de Alemania.