El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, insistió hoy en que el futuro supervisor bancario único de la eurozona, creado en torno al Banco Central Europeo (BCE), debe poder vigilar a las 6.000 entidades existentes en los 17 países del euro.

Barroso, en su discurso del estado de la Unión Europea (UE) ante el pleno del Parlamento Europeo, reiteró que Europa "no puede seguir tratando de resolver los problemas sólo con soluciones nacionales", sino que debe avanzar hacia un frente común con una unión bancaria, económica, fiscal y política en el horizonte.

Durao Barroso apostó hoy por convertir en los próximos años a la Unión Europea (UE) en una "federación de estados nación" con una creciente cesión de soberanía a Bruselas.

Barroso, en su discurso del estado de la Unión ante el pleno de la Eurocámara, afirmó que antes de las próximas elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2014 presentará un conjunto de medidas para reforzar la integración europea, un proceso que exigirá un cambio de tratado.

También subrayó ante los europarlamentarios que ello supondrá aceptar que algunos de los pasos significarán reformar los Tratados de la UE.

"Hoy, la Comisión Europea presenta propuestas legislativas para la creación de un supervisor bancario único en la eurozona. Eso es un paso cuántico" hacia la unión bancaria, afirmó el jefe del Ejecutivo comunitario.

En su opinión, la crisis ha demostrado que, mientras los bancos se convirtieron en entidades transnacionales, "las normas seguían siendo nacionales" y cuando sucedieron quiebras de bancos y rescates, "los contribuyentes tuvieron que pagar la factura".

"Necesitamos decisiones supervisoras comunes", subrayó.

El mecanismo creará una arquitectura en cuyo corazón estará el BCE y en el que participará también la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) y juntos "restaurarán la confianza en la supervisión en la eurozona", consideró Barroso.

Para lograr ese objetivo, ese supervisor "debe poder mirar todo" el sistema bancario del área de la moneda única porque "los riesgos pueden estar en todos los lugares", argumentó el presidente de la CE.

Alemania se opone abiertamente a que el BCE supervise todos los bancos de la eurozona y aboga por que se limite a vigilar solamente los importantes, y se queden fuera las cajas regionales.

El objetivo de la CE es que el supervisor bancario entre en vigor por fases a partir del primero de enero de 2013.

En una primera fase serán controlados los bancos que hayan recibido o pedido ayudas públicas, mientras que a partir del primero de julio del próximo año lo serán los que pueden ocasionar una situación de riesgo sistémico y, el uno de enero de 2014, las 6.000 entidades de la zona del euro.

Los Estados miembros de fuera del euro podrán participar en el mecanismo si lo desean, según la propuesta comunitaria, que señala que el BCE tendrá la última palabra en decisiones clave, mientras que la supervisión diaria seguirá en manos de las autoridades nacionales.