Los hermanos Domínguez ya son, de nuevo, dueños de Hiperdino. AJA Inversiones, entidad comandada por José Abraham y Andrés Domínguez y Javier Puga, firmó ayer la compra de la cadena que fundaron en los años ochenta y que vendieron hace 16 años. Después de dos meses de intensas y complejas negociaciones, los empresarios canarios formalizaron en Madrid la adquisición por escrito, ante los 24 bancos que se quedaron las tiendas en 2011 por el impago de sus deudas. El precio de la operación es de 55 millones de euros, que los compradores pagarán entre 2016 y 2019, aunque AJA también deja en la caja de los supermercados 45 millones más para garantizar la viabilidad del negocio.

La sociedad compradora consiguió, con el fin de recapitalizar la empresa, un total de 35 millones de euros de cinco socios canarios: Marisuaro, Gestión y Asesoramiento 3000 (firma con la que está vinculada Miguel Ángel Ramírez), Lanzateide (del impulsor de Montesano, Martín García Garzón), Anita 2010 y Alumir. Estas firmas se incorporaron hace una semana al consejo de administración de AJA, que sigue comandada por Anyacon, Prindaya y Canfoto, las entidades de los Domínguez y Puga, que aportan otros diez millones a la caja de Hiperdino. A cambio, los ya antiguos dueños han perdonado las deudas que aún mantenían los supermercados y que rondaban los 60 millones de euros.

Las negociaciones han sido maratonianas en los últimos días, siempre en Madrid, y con Puga, siete abogados y un asesor financiero cerrando flecos del contrato, vía teléfono, con una treintena de letrados de los bancos. Todo, para dejar bien atado un documento de más de 400 páginas, en las que se han amarrado hasta los últimos detalles de los pagos y condiciones impuestas por los propietarios.

No todos los bancos querían vender. Una decena de ellos ni siquiera se pronunciaron al respecto cuando se procedió a la votación final, el pasado viernes. Sin embargo, once sí dieron su consentimiento, con la mayoría suficiente para que la venta saliera adelante. Del sí verbal al escrito pasaron días, con largas conversaciones por teléfono, a varias bandas. Alguna de ellas se inició a las once de la noche y concluyó a las siete de la mañana.

El suspense sobre la compra se mantuvo prácticamente hasta el final, en la mesa del notario. No fue hasta última hora de ayer cuando, por fin, se rubricó el negocio.

Hasta ese momento, AJA inversiones tuvo que superar serias dificultades para poder ratificar el preacuerdo al que llegaron con los propietarios en agosto. Primero, los empresarios canarios tuvieron que romper con un socio inicial que aportaba el 49% del capital necesario, pero que pretendió imponer condiciones sobrevenidas de venta futura de la cadena en caso de recibir una oferta mejor para vender su parte. Luego, un grupo de bancos se negó a conceder un préstamo de entre 21 y 24 millones de euros a los compradores, pese a que el propio presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, medió para iniciar estas negociaciones, e incluso luego de que los integrantes de AJA presentaran avales personales como garantía.

Los fundadores de Hiperdino han conseguido, después de todo, recuperar la cadena, tal como querían también los proveedores y el propio personal de la empresa, cuyos representantes se manifestaron favorablemente a la operación.

Han sido más de tres lustros (16 años) en los que la empresa ha cambiado de dueño en varias ocasiones. Primero fue Vista Capital, sociedad participada por el Banco de Santander, la que compró las tiendas a los Domínguez, que pasaron a ser Superdiplo.

Luego, la multinacional holandesa de la alimentación Ahold las adquirió, para convertirlas en Dinosol (Supersol eran los supermercados que compraron en la Península). Pero Ahold sufrió importantes pérdidas y terminó vendiendo en 2004 la compañía al fondo de capital riesgo británico Permira. En 2011 los supermercados habían acumulado más de 400 millones de euros en deudas, y los acreedores terminaron por quedárselos. Desde entonces, los bancos propietarios han estado reduciendo las obligaciones financieras y tratando de buscar la manera de sacar rentabilidad al negocio.