Victorino López Chaves, José Eugenio Naranjo y Gilles Orsini son los tres socios de Canaryfly, la aerolínea que va a cubrir parte del vacío que ha creado en el mercado del transporte aéreo interinsular el cese de operaciones de Islas Airways. El primero de ellos es el administrador de la compañía y piedra angular de su creación. Desde su llegada a Gran Canaria, hace varios decenios, siempre ha estado presente de uno u otro modo en el sector.

López Chaves nació en Barcelona hace 48 años. Una casualidad. Su padre, de origen gallego, fue ejemplo viviente de la hoy tan debatida movilidad laboral. Donde había trabajo, allí irrumpía toda la familia.

El administrador de Canaryfly se hizo piloto comercial al mismo tiempo que ingeniero industrial especializado en electricidad. En su primera época a los mandos de un avión, tomó por vez primera contacto con las Islas. El Archipiélago debió gustarle, porque desde entonces lo eligió para desarrollar su vida. "Fue a casarse a la Península, pero vinieron a vivir aquí", explicaron ayer fuentes cercanas al empresario. De hecho, sus dos hijas han nacido en la Isla.

En 1992 creó Air Atlantic junto a otro socio que también conocía el mercado canario. Empezaron a operar con Marruecos y Mauritania y cuando la normativa europea obligó a liberalizar el mercado aéreo, se lanzaron a la aventura de las rutas interinsulares. También al transporte de pasajeros con problemas de salud, para lo que se medicalizó una aeronave con el fin de dar cobertura al Servicio de Urgencias Canario.

Fue la primera compañía aérea que voló a La Gomera. También exploró la rentabilidad de las conexiones con El Hierro. En esos años finales de la década de los noventa, Victorino López Chaves fichó a Gilles Orsini. Le decidió a ello el conocimiento que el francés mostraba de la mecánica aeronáutica.

Sin embargo, en 2000 tomaron la decisión de vender su compañía al Grupo Boluda y se produjo una diáspora de los socios fundadores por otras aerolíneas. López Chaves recaló en Air Europa Express y la relación tuvo la misma brevedad que la presencia en el mercado de la filial creada por Juan José Hidalgo, cabeza visible de Air Europa, hoy integrada en el Grupo Globalia.

Aprovechando que la catalana Topfly, que hasta entonces había funcionado como escuela de pilotos, se decidió a convertirse en aerolínea comercial, López Chaves convenció al staff directivo para convertirse en el hombre fuerte de la compañía en el Archipiélago. Rápidamente recuperó a Orsini, que había recalado en Naysa tras la venta de Air Atlantic.

En 2008 la matriz de la aerolínea catalana cerró y con ella la sucursal canaria. Fue entonces cuando Victorino López Chaves convenció a Orsini y José Eugenio Naranjo, actual director de Operaciones, de la conveniencia de fundar Canaryfly. La aerolínea estudia el tamaño de los gaps -huecos- dejados por la marcha de Islas. "Queremos llenarlos, no competir con Binter", aseguran desde la compañía.