Gofio, queso, dulces... productos y sabores que para los canarios resultan de lo más cotidiano adquieren otra dimensión cuando llegan a mercados extranjeros donde son unos completos desconocidos. En otras ocasiones, ese mismo toque especial sorprende a los que viven en la propia tierra donde se produce, sin a veces saberlo. Se trata de delicatessen y artículos gourmet que cruzan la frontera del Archipiélago.

Las dificultades y los altos costes que suponen la exportación son los obstáculos que todos los productores coinciden en señalar como un freno a la hora de abrirse al mundo. No obstante, cada vez son más los que hacen el esfuerzo y se suman a vender en el extranjero, ya sea a través de los canales de distribución habitual o por medio de Internet. En este sentido, han proliferado las webs que se dedican a servir de enlace entre el productor y las peticiones particulares de los clientes.

La influencia del clima de las Islas sobre el cultivo, la tradición gastronómica de una región o la pura pericia de los empresarios son las razones más comunes por las que una elaboración isleña llega a convertirse en única, despertando interés allá por donde pasa.

BIZCOCHOS DE MOYA

Huevos, harina, ralladura de limón y azúcar. Este es el secreto del éxito de los populares bizcochos de Moya, un postre conocido por cualquier canario y que causa sensación en la Península. "Nos lo piden por Internet, sobre todo, desde Andalucía, Valencia y Madrid", afirma Salvador Ramos, uno de los propietarios de la empresa Bizcochos de Moya Doramas. Junto a él, sus dos hermanos y su madre se encargan de sacar adelante el único negocio del mundo que se dedica a la fabricación de estos dulces, y de los famosos suspiros.

El éxito de los bizcochos ha llevado a Ramos y a su familia a plantearse el comercializar el producto a nivel nacional. "Nos gustaría encontrar algún distribuidor para empezar a vender en Andalucía y Madrid", afirma Ramos.

A la espera de cumplir este objetivo, un destino más lejano aguarda la llegada de cientos de bizcochos y suspiros de Moya. Se trata de la ciudad californiana de Beverly Hills, en Estados Unidos, donde estos dulces comenzarán a comercializarse el próximo año. "Conseguimos esta oportunidad a través de una española que vive en California y que vende allí productos españoles. Estamos ultimando los preparativos pero ya está casi todo listo", señala Salvador Ramos con ilusión.

A diferencia de como ocurre en las Islas, los bizcochos y suspiros de Moya no se comercializarán en las grandes superficies de alimentación de Beverly Hills, sino que solo se podrán encontrar en tiendas gourmet.

"Allí se venderán también en el sector de hostelería y restauración para tratarlos como materia prima para elaborar otros postres, más que para consumirlo como un dulce en sí", explica Ramos.

Otra de las diferencias con el mercado local reside en el precio. Si un paquete de bizcochos en Canarias ronda los cuatro euros, en EEUU se venderá por poco más de 15 euros (20 dólares), mientras que los suspiros costarán alrededor de los ocho euros (10 dólares).

Para comenzar con la aventura americana, el primer envío constará de seis pales de cada uno de los productos, es decir, un total de 750 cajas que se traducen en 375 kilos de bizcochos y 250 kilos de suspiros que se mandarán vía aérea. "Para nosotros significa enviar una pequeña muestra , ya que nuestra producción es de unas 2.400 cajas mensuales de bizcocho y unas 1.000 cajas de suspiros", explica Salvador Ramos.

ACEITE FALCÓN CRESTA

Thomas Sischer y Ana Isabel García son los encargados de dirigir la producción del aceite que se obtiene de los 15.000 olivos con los que cuenta la finca Falcón Cresta, situada en Agüimes. La baja acidez de las dos variedades de aceite que se obtienen de estos cultivos hace de ellas un producto especial. "Ofrecemos la variedad canaria, que tiene una acidez inferior a 0,4 grados y un sabor más intenso a aceituna; y la variedad gordal con una acidez inferior a 0,2 grados y que le da al aceite un sabor suave, casi de almendra", explica García.

Según las informaciones que manejan este matrimonio, su producción de aceite gordal a tan bajos niveles de acidez es la única en el país. "Creo que esto se debe a las propiedades que tiene la tierra de Agüimes donde cultivamos los olivos y a los minerales que le aporta el agua de pozo con los que los regamos... Todo influye en la calidad, además que las aceitunas las recolectamos a mano para que no sean golpeadas", apunta Ana Isabel García.

En las Islas estos tipos de aceites se comercializan en tiendas gourmet y especializadas para el turismo, un sector al que deben gran parte de sus ventas. El precio oscila entre los diez euros, si se adquieren directamente en la finca, y los trece euros, si se compran en las boutiques gastronómicas.

La popularidad de este producto ha cruzado fronteras y les ha hecho estar presentes también en países como Alemania, Suiza y Austria, a través de los pedidos que les llegan vía Internet. En estos casos los costes de exportación hacen que el precio final se encarezca y alcance 16 euros.

Pero Sischer y García ya estudian otras vías para consolidar su presencia en el exterior "La última propuesta que hemos recibido es la de una empresa alemana interesada en distribuir nuestro aceite por varias tiendas gourmet que tiene en Alemania", comentan.

Las ofertas para esta empresa también llegan desde el otro lado del Atlántico. "Estamos manteniendo contacto con una cadena de productos gourmet españoles que venden en Beverly Hills para intentar abrirnos camino en Estados Unidos", afirma García.

CAFÉ DE AGAETE

Un aroma único en el que se combinan el chocolate, el regaliz y un toque de frutabilidad, es lo que caracteriza al café que se cultiva en el Valle de Agaete. Esta plantación llegó a mediados del siglo XVIII a la Isla y desde hace diez años la Asociación de Agricultores de Agaete ha retomado su producción.

Una de las principales razones que han convertido en especial a este producto es que éste es el único lugar de Europa donde se produce café, y el sitio más al norte de todo el mundo donde se da este cultivo, debido al clima tropical el que disfruta el Archipiélago.

La variedad de este café es la arábica típica. "Este tipo de café se da solamente en México, y en algún que otro lugar de Sudamérica, pero el de Agaete es más exclusivo porque la variedad no ha sido cruzada con ningún otro tipo porque no han llegado más variedades a Canarias", explica Víctor Lugo, presidente de la Asociación de Agricultores de Agaete.

El kilo de café de Agaete se vende en las tiendas gourmet de Gran Canaria y Tenerife a 60 euros, "cuando el precio normal el café ronda los 10 ó 12 euros por kilos", apunta Lugo. A través Internet este producto llega a países como Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, donde el cliente puede llegar a pagar hasta 80 euros por kilo. "El último lugar al que hemos enviado café ha sido a Australia", afirma Lugo.

Desde la Asociación de Agricultores de Agaete señalan que no les interesa tener puntos de venta fijos en el extranjero "por la rapidez con la que ya lo vendemos todo". La producción anual de las plantaciones canarias ronda los 4.000 kilos, de los que 500 se comercializan fuera de las Islas. "Nuestra producción es pequeña, pues un solo agricultor en Colombia recoge el triple de esa cantidad", añade Víctor Lugo.

QUESOS DE VALLESECO

Uno de los puntos fuertes de la gastronomía canaria reside en la variedad de quesos de gran calidad que se producen en las Islas, algo que saben bien en la fábrica de quesos caseros de Valleseco. "Recogemos leche de Valleseco, Teror, Arucas y de Las Palmas de Gran Canaria que luego transformamos en queso fresco, semicurado o curado", explica Ofelia Reyes, una de las propietarias de este negocio familiar

Estos quesos se encuentran, dentro del Archipiélago, en pequeños supermercados y en el sector de la restauración, pero fuera de las Islas adquieren categoría de exquisitez. "Vendemos a algunos puntos de la Península, como Logroño, desde donde nos llegan pedidos puntuales", comenta Reyes. El precio en estos casos varía, pasando de los diez euros por los que se compra uno de tipo semicurado en Canarias, a los 18 euros que paga un cliente fuera de las Islas.

Más allá del aspecto comercial, los quesos de Valleseco participan representando al Archipiélago en ferias gastronómicas internacionales como las que se celebrarán en Alemania y Austria en los próximos meses. No obstante, Reyes reconoce que en el futuro les gustaría ampliar su presencia en el exterior. "El año pasado produjimos 190 toneladas y las exportaciones no superaron el 1%. Creo que si hubiera más facilidades para comerciar en el extranjero, venderíamos más fuera de Canarias", comenta.

GOFIO LA PIÑA

Si hay un sabor canario por excelencia ese es el del gofio, un producto que La Piña ha llevado ya hasta tres continentes. "Exportamos a EEUU, Alemania, Senegal y Argelia", explica el director de la empresa, Luis Vázquez.

En EEUU y Alemania el kilo de gofio se comercializa en tiendas gourmet con un precio cercano a los cuatro euros, frente al 1,70 euros que suele costar en las Islas. "Los importadores suelen ser gente que conoce Canarias o canarios que montan un pequeño negocio de productos españoles e isleños, señala Vázquez. Mientras, en los países africanos su precio es muy similar al canario y se considera un alimento de primera necesidad. "También llevamos un año trabajando para introducirlo en la Península con un uso más enfocado a la elaboración de postres dentro del sector de la repostería", señala.

Del millón de kilos de gofio que esta empresa produce anualmente, entre un 5 y un 10% se destina a la exportación. "Aunque sea poca cantidad para nosotros el valor de estar en un mercado que no es el habitual supone un valor doble", afirma el director de La Piña.