El SAT-3, cable que sirve de soporte para transmitir datos a lo largo de la costa oeste africana y conecta el continente vecino con Europa y Asia, afronta un inminente lavado de cara que le supondrá colocarse a la vanguardia de las telecomunicaciones. La ampliación de su capacidad de transmisión le permitirá dar cobertura a un tráfico de 40 gigabytes por segundo, lo que garantiza la fluidez en el flujo de datos en un plazo medio o medio-largo. Telefónica ha maniobrado con rapidez para ofrecer el punto de amarre que tiene en Gran Canaria como puerta de entrada a Europa y salida hacia América.

De cerrarse el proyecto, las Islas darían un gran paso para convertirse en hub (nodo) para la transmisión de datos a través de cables de fibra submarinos. El propio SAT-3 tiene salida hacia el continente europeo, en concreto hacia Sesimbra (Portugal), pero también a través del Pencan-7, el cable submarino de Telefónica que une Gran Canaria con Chipiona (Cádiz).

Además, la empresa española de telecomunicaciones oferta desde el Archipiélago "otros sistemas submarinos internacionales con destino hacia América y Europa; como el Atlantis 2, que conecta con Brasil, Argentina, Senegal, Cabo Verde, Portugal y otros países, o el Columbus, que enlaza Estados Unidos con Italia o la red Pencan", según informó la propia compañía ayer en un comunicado,

En África, el SAT 3, infraestructura de la que es accionista de referencia Telkom Sudáfrica y participan entre otros France Telecom y la propia Telefónica, entra en el continente africano en nueve puntos: Dakar (Senegal), Abiyán (Costa de Marfil), Accra (Ghana), Cotonou (Benín), Lagos (Nigeria), Douala (Camerún), Libreville (Gabón), Cacuaco (Angola) y Melkbosstrand (Sudáfrica).

Este SAT-3 está conformado por un sistema de cables submarinos que mide 14.329 kilómetros y se instaló en 2001. "Dispone de casi 200 amplificadores ópticos sumergidos y una decena de unidades de ramificación que acerca las fibras a cada uno de los once países donde amarra", explicó Telefónica ayer.

A pesar de su relativa madurez, más por la velocidad con que avanza la investigación en el campo de la transmisión de datos vía fibra óptica que por su propia edad, el SAT- 3 se diseñó para que la seguridad y la protección de los datos transmitidos pudiera optimizarse, y solo doce años después sirva para poder disponer "de la más alta capacidad de transmisión", aseguró la empresa española en su comunicado.

Además, el SAT-3 dobla el cabo de Buena Esperanza de la mano del SAFE (South Africa Far East), el cable que viaja hasta Asia. Es decir, las Islas se convertirían en parada de una malla de conexión que va desde el lejano oriente hasta América.

"Los cables submarinos transportan el 95% del tráfico internacional y diferentes operadoras han querido posicionarse en esta década para capturar el potencial crecimiento de servicios en el continente africano", recoge también el comunicado hecho público ayer por la empresa española de telecomunicaciones. Desde su puesta en funcionamiento y según variaba la demanda, el SAT-3 ha ido incrementado su capacidad introduciendo cambios en sus terminales. Hasta en tres ocasiones se han abordado estas ampliaciones, lo que ha permitido la llegada del gran ancho de banda a África.

Canarias es protagonista de la transmisión submarina de datos desde 1993 a través del SAT-2, el antecesor del cable que ahora se mejora y que une la lusa Sesimbra con la sudafricana Ciudad del Cabo a través de una trayectoria de 9.500 kilómetros que incluye una parada en la zona tinerfeña de El Médano.