Los accionistas de Bankia vivieron ayer su peor día en la Bolsa. Desde que la entidad comenzara a cotizar en bolsa, en julio de 2011, han perdido 6.656 millones de euros.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendió temporalmente la cotización de los títulos -"por concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones"- justo antes de que se abriera la sesión y después de que el diario Expansión divulgara que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) había rebajado cada uno de ellos a los 0,01 euros. El FROB, que debe diseñar el plan de saneamiento de la entidad una vez convertido en socio dominante tras su nacionalización, desmintió poco después de las 09.00 que ya tuviera recalibrados los activos de cara a establecer el precio de canje de sus preferentes y bonos convertibles. Bankia volvió a cotizar a las 10.30 horas, pero no levantó cabeza. Sus acciones tocaron su fondo con 0,35 euros y cerraron la sesión en 0,41. Muy lejos del valor que tenían cuando comenzaron a circular en el parqué en julio de 2011 a un precio de 3,75 euros.

Las 1.993 millones de acciones circulantes de Bankia valían en verano de 2011 unos 7.473 millones de euros. Hoy han quedado reducidas a 817 millones, pese o, precisamente, a causa de la inyección de dinero público: primero 5.000 millones de las arcas españolas y luego casi 18.000 millones de Europa que conlleva, como contrapartida, duros ajustes.

Entre los inverso res, un 23 % (unos 350.000) son pequeños ahorradores, entre los que se incluyen propietarios de preferentes y los propios trabajadores de la entidad sobre los que en la actualidad pesa un Expediente de Regulación de Empleo para un máximo de 4.500 personas.

Menos de un euro

Las acciones de Bankia no han hecho más que bajar desde su salida a Bolsa, si se excluye un primer momento de euforia, en el que llegaron a cotizar a 3,9 euros. Sólo ayer cayeron un 12,39 %, y en 19 meses han perdido un 89,1 % de su valor. Cada activo de Bankia vale menos de un euro desde de noviembre, cuando se anunció el ERE.

La entidad está nacionalizada desde mayo del año pasado, cuando el FROB asumió su matriz, el Banco Financiero y de Ahorro (BFA), que mantiene el 45% de su accionariado. Se descubrió entonces un agujero contable de 14.500 millones tras la fusión de siete cajas de ahorro -entre ellas, La Caja de Canarias-, que ha derivado en una causa abierta en la Audiencia Nacional. El ex ministro de Economía Rodrigo Rato dimitió de la presidencia de la entidad financiera tras conocerse el estado de unas cuentas afectadas de lleno por los activos tóxicos inmobiliarios, y la necesidad de una intervención pública. José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente, aseguraba ayer, tras el cierre de la Bolsa, que la solvencia del banco "está garantizada" tras la ampliación de capital.