Pasear un domingo por el campo y contemplar las diferentes especies de árboles que se encuentran en los bosques canarios puede ser de lo más habitual para muchos ciudadanos de las Islas. No lo es tanto el poder llevar parte de ese bosque en el cuello a modo de colgante o escribir sujetando una porción de esa naturaleza. Esto es precisamente lo que ha conseguido Juan Guzmán con su empresa.

Este grancanario de 45 años ha creado Árboles de Canarias, una firma bajo la que elabora joyas y bolígrafos reutilizando la madera de especies canarias. "Aprovecho la necromasa de los árboles, es decir, cortamos los árboles muertos, nunca verdes", apunta Guzmán. Para conseguir la materia prima se sirve de donaciones particulares. "Las maderas canarias son muy inaccesibles porque es flora protegida así que las consigo pidiéndolas en fincas privadas y recogiendo restos de los incendios", explica.

Guzmán es ingeniero técnico forestal y durante muchos años trabajó para la Administración. Hace dos años decidió hacerse autónomo y fundar su propia empresa. "Combino mi pasión personal por los árboles con mi trabajo actual de consultor forestal, por lo que se pude decir que la empresa la tengo más como afición que como medio de vida", apunta.

Para dar una segunda vida a la madera que recolecta por todo el Archipiélago, Guzmán cuenta con la imprescindible ayuda de dos artesanos: un joyero y un tornero. "Yo les proporciono la madera, ellos la trabajan y luego yo me encargo de dar a conocer la marca e impulsar la venta". No obstante, está abierto a trabajar con otros artesanos interesados en el proyecto.

Pendientes, anillos, colgantes, bolígrafos o gemelos son algunos de los productos que elabora Árboles de Canarias. La madera que se utiliza procede, sobre todo, de brezo, almácigo y acebuche.

Estos artículos se fabrican bajo pedido, aunque la empresa también dispone de un pequeño stock para comercializarlo en diferentes puntos de ventas. "Los bolígrafos se pueden encontrar en algunas papelerías de las Islas", comenta. En otras ocasiones, Guzmán también recibe encargos para hacer de su producto un trofeo. "Nos piden muchos bolígrafos para darlos como premios en los concursos de redacción escolar", apunta. El perfil de su comprador más habitual suele tener entre 40 y 60 años. "Son personas que se definen como autóctonas y que valoran las cosas de la tierra", explica.

"Existen 30 especies de árboles canarios y yo solo conozco 18, así que también me movieron las ganas de profundizar en el conocimiento de las maderas isleñas", afirma. Y es que Guzmán pretende que su marca sirva para enviar un mensaje de respeto hacia el medio ambiente. "No es solo un bolígrafo o una joya, se trata de mirar más allá y despertar la conciencia social a través de un producto sostenible y reciclado", explica. Para avanzar y lograr generalizar este sentimiento, trabaja en un proyecto de colaboración con el Cabildo de Gran Canaria. "Creo que se pueden ligar estos productos a la gestión que realiza la administración insular en la prevención de incendios".

Esta empresa también cuenta con una guía de identificación de las especies de árboles isleños. "La creamos en 2008 y se han vendido 4.000 ejemplares desde entonces". Todos los proyectos desarrollados por Árboles de Canarias han sido financiados por Gúzman con sus propios ahorros. "Los ingresos me dan al menos para cubrir costes".

Como proyecto de futuro, Guzmán quiere introducir sus creaciones en puntos de venta de los aeropuertos y en hoteles. "Así podría llegar a los turistas fácilmente, porque son clientes que se interesan mucho por este tipo de artículos".