¿Qué pueden tener en común el Sur de Gran Canaria y Asturias? ¿Y qué el cemento con la industria alimentaria? Las respuestas a ambos interrogantes se resumen en un solo nombre propio: Masaveu. Es el apellido de una familia asturiana de abolengo que comenzó a hacer fortuna en el siglo XIX. La Corporación Masaveu es propietaria del 50% de las acciones de Ceisa (Cementos Especiales de las Islas, SA), que tiene su sede productora en la conocida cementera de El Pajar, en Arguineguín. Esta semana Carolina Masaveu ha desembarcado en Pescanova, el gigante de la alimentación que está en proceso concursal desde la pasada primavera.

La operación no ha dejado indiferente a nadie. La cuarta de los hermanos que comandan actualmente el emporio Masaveu se ha hecho con el 3,74% de la empresa que hasta el mes pasado presidía Manuel Fernández de Sousa, que continúa siendo propietario de la mayoría de las acciones. Para cerrar la operación, que la convierte en la sexta mayor accionista de la multinacional gallega, Carolina Masaveu tuvo que desembolsar 107 millones de euros. Para llevar la cuestión al terreno de lo exacto, fue la sociedad patrimonial Crisgadini, la que asumió el acuerdo. Carolina figura como administradora única en dicha empresa.

¿Es la operación particular de unos de los hermanos? Así se afirma en los círculos de poder asturianos, si bien resulta extraño ver a la saga Masaveu actuando por separado en cuestiones de tan marcado carácter estratégico y diversificador.

Cada una de las más de un millón de acciones adquiridas al fondo estadounidense Capital Research se pagó a 0,0001 euros. La delicada situación de Pescanova ha llevado a otros socios a deshacer posiciones en ella en los últimos tiempos por la misma vía de encontrar un comprador y cerrar el negocio bajo supervisión oficial.

Junta de accionistas

El 12 de septiembre Pescanova afrontará una junta de accionistas que se inicia con marcada división en una empresa que presenta una importante atomización de su capital. El momento para la adquisición del paquete accionarial no puede ser por tanto más oportuno para una Carolina Masaveu que incluso puede hacer que la balanza se incline del lado que le resulte más conveniente.

La primera cuestión a ventilar en dicha reunión de la empresa de alimentación, suspendida de cotización por decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cuando las informaciones sobre su delicada situación amenazaban con una enloquecida carrera en el parqué por deshacerse de sus acciones, es la constitución de un nuevo equipo rector que tome el timón para preparar la nave de cara a la llegada de tiempos mejores. Que el temporal amaine en la multinacional gallega pasa por renegociar la deuda con la banca y establecer quitas con los acreedores, a los que se deben 3.100 millones de euros. De momento, al volante de Pescanova se encuentra la consultora Deloitte, que dirige la administración concursal en que está inmersa.

Alejando el foco de los problemas de la empresa de alimentación, la principal actividad para la generación de la fortuna de los Masaveu es el cemento. En Ceisa se reparten la propiedad a partes iguales con Cimpor (Cimentos do Portugal), el mayor grupo cementero luso.

La participación de la Corporación Masaveu en la fábrica de El Pajar cristaliza a través de Cementos Tudela Veguín SA, sociedad constituida en 1898 por la familia. Muy conocida en tiempos por ser la primera de España que produjo cemento artificial, lo cierto es que el pronunciado declive de la construcción de viviendas y la licitación de obra pública ha llevado a la actividad cementera de los Masaveu -también explotan canteras y fabrican hormigón- a perder 9,3 millones de euros durante el año pasado.

Con todo, Cementos Tudela Veguín SA, que se incrusta en Masaveu Industria, aporta el 38% de la cifra de negocio que maneja la corporación empresarial. Más razones para diversificar el negocio con la irrupción en sectores que hasta el momento no figuraban en la cartera de apetencias de los herederos de Elías Masaveu, fallecido hace ahora ocho años.

La industrial es solo una de las patas que soportan al gigante asturiano. Otra es la inmobiliaria, que tampoco garantiza hoy por hoy una futuro halagüeño. De ahí que diversificar el negocio se presente otra vez más como una necesidad más que como una actividad exploratoria. Además, repartir el riesgo en actividades de muy diversa índole tampoco es un modo de operar nuevo para los Masaveu. Ya en los años ochenta del siglo pasado se lanzaron por el camino de la salud. La sanidad y la investigación médica están presentes en el catálogo de actividades de la corporación desde entonces, desembocando en 2008 en su participación como socia fundadora del Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (Imoma).

El bodeguero es otro de los sectores abordados. A través de Masaveu Bodegas, el coloso empresarial posee en propiedad cuatro marcas de vino y una de sidra. Pero además, ostenta el 40% de los títulos de Bodegas Aalto, de Ribera del Duero. En esta ocasión fueron los años setenta los que vieron despegar la actividad, en concreto desde que en 1974 se decidiera la adquisición de Bodegas Murua (La Rioja). Fillaboa (Rías Baixas), Pagos de Araiz (Navarra) y Bodegas Leda (Castilla y León) completan el portafolio de la producción vitivinícola, reforzada por los Llagares de Sidra Valverán, en la localidad asturiana de Sariego.

Los negocios de aparcamientos y una importante colección de arte completan la actividad en territorio español. Más allá de nuestras fronteras, la participación en inmuebles dedicados al turismo concentran la actividad, principalmente en Estados Unidos, Hungría y Portugal.

Cuatro empresas

El Grupo Cementos Especiales de las Islas (Ceisa) está participado al 50% por Cementos Tudela Veguín, de los Masaveu, y Cimpor (Cimentos do Portugal), líder luso del sector. De él parten cuatro ramas en dirección a otras tantas sociedades controladas al cien por cien por la mencionada alianza hispano-lusa. Se trata de Cementos Especiales de las Islas -también la empresa del segundo nivel recibe este nombre-, Hormisol Canarias, Granintra y Preincan.

Dos sociedades

Desde el grupo matriz surgen dos ramificaciones más, en esta ocasión en dirección a las empresas Moescan -participada al 50% por el grupo- y Moricansa, en la que Ceinsa posee el 80% de los títulos.

Compra 2008

Los Masaveu cambiaron de socio en Canarias en 2008, pero no por propia voluntad, sino porque en aquel año la mejicana Cemex, compañera de viaje hasta entonces en las Islas, decidió deshacer posiciones en el Archipiélago, lo que desató semanas de especulaciones en torno a quién iba a ser el comprador. El anuncio de los mejicanos se hizo público en noviembre y la operación se cerró con Cimentos do Portugal antes de finalizar ese año. El asesoramiento para el cierre de la operación corrió a cargo de JP Morgan y RBS, mientras que el precio final se situó en 162 millones de euros.

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