Apartamentos de uno o dos dormitorios con terraza y cercanos a la playa. Estas son las principales características que, según las inmobiliarias, la mayoría de los extranjeros buscan cuando quieren comprar una vivienda en Canarias. Los rusos en Tenerife y los alemanes en Gran Canaria son los que más presencia tienen en el mercado del ladrillo en el Archipiélago.

El perfil del comprador foráneo corresponde, en la mayor parte de los casos, con personas de edad media, algunos de ellos jubilados, que eligen a las Islas como destino en el que fijar una segunda residencia para escapar del frío invernal de sus países de origen. "Empiezan pasando unos tres meses al año en Canarias y a medida que se van haciendo mayores deciden instalarse la mitad del año en el Archipiélago y pasar el verano en su tierra natal", explica Ramón García, responsable de marketing de Inmobiliaria Cárdenas.

El clima es el principal atractivo que las Islas ofrecen a los ciudadanos del norte de Europa, un mercado que conoce bien Canarias antes de instalarse. "Son personas que llevan mucho tiempo viajando al Archipiélago y que lo hacen incluso dos o tres veces al año", señala García. El Sur de prácticamente todas las islas concentra la mayor parte de la demanda foránea. En Gran Canaria destacan Playa del Inglés, Maspalomas, Meloneras y Mogán, mientras que en Tenerife son la costa de Adeje y Arona, junto con los acantilados de Los Gigantes y El Médano, las zonas predilectas por los extranjeros.

Las capitales de ambas islas también llaman la atención del comprador europeo. Barrios como el de Guanarteme o los alrededores de la playa de Las Canteras o de Las Alcaravaneras mantienen la demanda de este tipo de clientes, según apuntan las inmobiliarias.

En el resto de la provincia de Las Palmas las operaciones de compraventa son más reducidas pero también se localizan en zonas concretas: Jandía, Costa Calma y Corralejo, en Fuerteventura; y Playa Blanca, Arrecife y Puerto del Carmen, en Lanzarote.

En la provincia occidental, las ventas en La Palma están casi paralizadas "porque el turismo alemán, que es el tradicional de la isla, ha decaído bastante", comenta Isidro Martín, propietario de Intermediación Inmobiliaria Canarias. Aún así, la capital palmera y Puerto Naos despuntan como las zonas de mayor interés para los escasos compradores extranjeros.

Los nórdicos y los británicos son, junto a los alemanes y rusos, los clientes foráneos más asiduos de las inmobiliarias isleñas. "También tenemos compradores chinos, pero son ciudadanos que ya están establecidos en las Islas y buscan una residencia, no es que vengan desde China a comprar aquí", comenta José Saavedra, secretario general de la Asociación Empresarial de Gestores Inmobiliarios de Canarias (Acegi).

La crisis que atraviesa España y su repercusión en los precios de la vivienda ha hecho que los turistas internacionales se planteen tener un inmueble propio cerca de la playa. "Ellos conocen la situación de nuestro país y, los que pueden, aprovechan el no padecer problemas económicos para invertir", sostiene Saavedra. No obstante, asegura que el peso del mercado inmobiliario en las Islas no recae en el bolsillo de los extranjeros.

"Ha subido el porcentaje de extranjeros que compran pero no son los que más compran. Si antes representaban entre el nueve y el diez por ciento de las ventas, hoy en día pueden concentrar el 20%, pero el 80% restante sigue estando en manos de los compradores locales y nacionales", afirma el secretario general de Acegi.

El coste medio de los apartamentos que adquiere este perfil de comprador ronda entre los 60.000 y los 100.000 euros, aunque todo depende de las características del inmueble y de su ubicación. En la mayor parte de los casos asumen el coste de la vivienda al contado. "Si piden financiación al banco es para afrontar el 30% del coste, quizás el 50% como máximo", comenta Ramón García.

Poco interés por el lujo

El mercado de las casas de lujo en Canarias también cuenta con clientes foráneos, aunque los expertos del sector aseguran que no suele ser la opción más común. "Vender grandes chalets es difícil porque quienes se interesan por ellos son familias con dos o tres hijos para vivir permanentemente en las Islas. Sin embargo, los compradores que recibimos son mas bien parejas de pensionistas o con hijos adultos que no buscan grandes casas", explica García.

Asimismo, niegan que todos los extranjeros que compran en el Archipiélago sean millonarios. "Los hay que han ahorrado muchos años y ahora deciden comprar aquí para tener una mejor calidad vida o porque ven una oportunidad de inversión, tal y como están los precios", comenta Saavedra. De lo que no cabe duda es que la crisis también afecta a los precios de las mansiones. "Si antes estas casas costaban 700.000 euros o más, ahora es cierto que se pueden encontrar por 300.000 euros", apunta Isidro Martín.

Todos coinciden en que la ausencia de problemas económicos de quienes pueden comprar una vivienda en Canarias no facilita la labor de venta. "Son personas que estudian varias ofertas a la vez y que pueden pasar hasta dos años comparando propiedades hasta que se deciden, cuando antes todo era más rápido", sostiene García.