Seis de los catorce canarios que se encuentran aún en Alemania, víctimas de una supuesta estafa laboral -se encontraron en el país germano sin contrato laboral, ni residencia tal y como se había acordado con una academia de formación de Tenerife-, comenzarán a trabajar el próximo lunes en un hotel. Eso sí, lo harán como personal de limpieza -ellas- y freganchines -ellos-, y no con puestos de gestión en la instalación hotelera como esperaban tras el acuerdo con la empresa de Tenerife que había gestionado la formación previa y traslado. Otros ocho aún desconocen su futuro laboral y no tienen nada avanzado con ninguna empresa alemana. La duración de estos trabajos como limpiadoras y freganchines podrá ser de entre 40 y 80 semanas.

El cambio de situación de estos seis estafados, que llegaron a Alemania en septiembre con sus respectivas titulaciones universitarias para aspirar por un futuro laboral mejor, fue el resultados de las reuniones celebradas la pasada semana y ayer con los representantes de todas las partes implicadas. Los trámites de regularización de varios de los afectados se aceleró para sus contrataciones.

Sin embargo, en estas reuniones con las autoridades germanas y empresas no hubo avances sobre cómo y cuándo van a recuperar los afectados el dinero que se habían gastado en los conceptos del traslado en avión, de la mudanza -500 euros- y del curso -150- en el país de acogida. De la poca información que han recibido al respecto de estos reembolsos es que podrían tener lugar dentro de 6 y 8 meses.

Entre los afectados están los grancanarios Claudia Rodríguez, de 24 años, y Rubén Jiménez, de 25 años. Rodríguez afirmaba ayer vía telefónica con este periódico: "Nosotros no hemos venido para ésto, para trabajar limpiando y en las cocinas. Rubén es ingeniero mecánico y yo estoy titulada en Educación Física. Es verdad que ésto es mejor que no tener nada, pero no es lo nuestro".

Esta pareja, que cubre sus gastos gracias a pequeños ahorros y la ayuda económica familiar, está alojada en un apartamento de Oberhof, en el estado de Turingia, con otros dos canarios.

"Esperaba, como este hotel está en una zona de deporte de invierno, que trabajásemos en relación a la gestión y eventos deportivos. Aguantaremos, además de querer recuperar pronto el dinero por el traslado, la mudanza y el curso que íbamos a recibir aquí", explicó.

Un total de 128 jóvenes españoles, entre ellos quince canarios se habían acogido al programa del gobierno alemán The Job of my Life. En el caso de los isleños los contactos se hicieron a través de la FU International Academy, de Puerto de la Cruz, la agencia que debía gestionar la formación previa y gestión del traslado.

Desde la empresa tinerfeña y la agencia local germana achacaron la situación en la que se vieron los afectados "a errores interpretativos de la otra parte".