No hay dinero para reparar el ascensor, pintar las fachadas ni adecuar las instalaciones eléctricas a la normativa vigente. Seis de cada diez comunidades de vecinos en Canarias no pueden poner al día sus edificios. La asfixia de las economías domésticas impide el pago de las cuotas y derramas.

La deuda de los morosos canarios con las comunidades de vecinos asciende a finales de 2013 a 92 millones de euros. Esto supone un 5,1% sobre el montante total nacional, de 1.798 millones, cifra que representa un 11,9% más respecto al año anterior. El incremento de la deuda isleña en el último año fue del 28,9%, ya que en 2012 se adeudaban más de 71 millones de euros, según un informe presentado ayer por el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España y el Observatorio de las Comunidades de Propietarios.

Los administradores de fincas advierten de que los impagos afectan al funcionamiento y conservación del inmueble y las viviendas, que también pierden valor y el seguro se encarece. Además, resaltan que en 2013 entró en vigor una ley que prevé la rehabilitación obligatoria para los edificios que superen los 50 años entre los períodos 2013-2018, a los que se aplicará un nuevo sistema de inspección. Unos tres millones de viviendas en España tienen más de medio siglo.

Aún así los profesionales del sector son conscientes de las dificultades que atraviesan muchas familias canarias que, aunque hasta ahora han desembolsado religiosamente las cuotas y apoyan las derramas, se ven sobrevenidas por la crisis y dejan de pagar.

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