Hiperdino inauguró ayer su nuevo hipermercado en El Muelle: un establecimiento con 1.902 metros cuadrados de aprovechamiento comercial que abre con el objetivo de explotar el impulso del recinto y el entorno Puerto-ciudad en torno al auge de los cruceros. Y también que colma la aspiración de la compañía de disponer de un gran local en la franja marítima de la capital grancanaria, para atender al público de la zona.

El acto mereció el respaldo de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, en cuyos dominios se ubica El Muelle, y del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El presidente en La Luz, Luis Ibarra, y el alcalde, Juan José Cardona, volvieron a escenificar la sintonía en torno a la cual ambas administraciones han dado forma a la nueva ordenación del entorno. Un factor, al parecer, igualmente decisivo en la apuesta de Dinosol.

Javier Puga, consejero delegado de la firma, apuntó a esa "voluntad política" por propiciar el desarrollo económico alrededor de los cruceros que atracan en Santa Catalina, y que en la última temporada alta atrajeron a la ciudad a más de medio millón de turistas. El directivo subrayó cómo dos representantes públicos "de distinto signo han trabajado juntos, ojalá sirva de ejemplo". Un escenario en el que el proyecto de Hiperdino "se ha sentido apoyado". Puga añadió que "tampoco teníamos ningún gran establecimiento en el que pudiéramos ofrecer todo nuestro surtido entre Luis Doreste Silva y La Isleta, y ahora contamos con éste". Además, remarcó que "creíamos firmemente en este proyecto Puerto-ciudad, en el desarrollo del Centro Comercial El Muelle y en el del Puerto".

Esas fueron las razones de Hiperdino por instalarse en un recinto que no contaba con una unidad de alimentación hasta ahora. Su consejero delegado recordó que la de ayer era la cuarta inauguración de la compañía en este año, y que en los próximos meses esperan poder abrir otros establecimientos en la marina de Arrecife, Escaleritas y La Laguna, en la isla de Tenerife. Puga estuvo en el estrado preparado para la ocasión acompañado de los hermanos Domínguez, Andrés y José Abraham, además de Cardona e Ibarra y el párroco de la iglesia de La Luz, Simón Pérez Reyes, que bendijo el hiper. Santiago García Ramos, todo un clásico en el mundo de la comunicación local, ejerció de presentador y animador de la noche.

Los elogios por la gestión política los encajó el alcalde con un discreto y coloquial "te has pasao", al oído de Puga. Cardona, que acudió al acto acompañado de su esposa, Patricia Reyes, recordó la trayectoria conjunta que han seguido los planes de Ayuntamiento y Puerto para impulsar el desarrollo de la zona. Rememoró las gestiones para la apertura del Poema del Mar, el acuario que proyecta la familia Kiessling en el cercano muelle de Sanapú; la ordenación urbanística de todo el entorno para facilitar actuaciones como la de la gran pecera, cuyas obras podrían incluso comenzar en diciembre; y la inversión pública puesta en marcha. En lo que toca al Consistorio, la reforma del parque Santa Catalina o la calle Luis Morote, además de un nuevo parque marino marítimo en la franja entre El Muelle y la Base Naval, cuyo inicio vaticinó para fechas cercanas. A estos proyectos hay que añadir la pasarela entre Sanapú y el Mercado del Puerto, para despejar el tránsito de cruceristas hasta el área de influencia de Las Canteras.

"Las dudas sobre el futuro de El Muelle se disiparon para mí en cuanto supe que entraría Hiperdino", concluyó el primer edil, que afirmó que tanto la capital como el Puerto "han adquirido ya velocidad de crucero", en un mensaje optimista que encontró continuidad en las palabras de Ibarra, encargado de cerrar los discursos.

El presidente del Puerto repasó cómo ambas instituciones han caminado en los últimos tres años para despejar las incertidumbres alrededor del muelle Santa Catalina. "Todo comenzó en septiembre de 2011", destacó el presidente de Puerto, quien dio cuenta de cómo entonces se reunió con los gestores de un centro comercial en una delicada situación financiera. Justo un año después se produjeron las primeras conversaciones con la familia Kiessling para evaluar las posibilidades de construir un gran acuario en la zona. En el último ejercicio mantuvo al fin los primeros contactos con Hiperdino, para cuyo directivo, Javier Puga, tuvo también un mensaje particular de agradecimiento. Ambos se conocieron hace ya dos décadas, cuando trabajaban para Ernst & Young, en el inicio de sus carreras profesionales.

"El Muelle ha sido la semilla del proyecto Puerto ciudad", manifestó Ibarra, poco antes del corte oficial de la cinta. Alrededor se habían reunido un buen número de curiosos que daban su paseo por el centro comercial, y que se juntaron con las personalidades invitadas al acto. Caras familiares en el día a día institucional de la ciudad, como su cronista oficial, Juan José Laforet, o el escenógrafo y decorador Alberto Trujillo.

En el paseo guiado por el establecimiento, que dirigió en su habitual tono cordial el propio Puga, estuvieron algunos nombres relevantes del empresariado local. Fue el caso de Miguel Ángel Ramírez, presidente de la Unión Deportiva Las Palmas e impulsor del grupo Ralons, que, además, fue uno de los inversores que apoyó la operación que cerró la sociedad AJA Inversiones en septiembre de 2012 para que Hiperdino volviera a las manos de sus propietarios originales y fundadores, los hermanos Domínguez. Ramírez protagonizó una de las anécdotas de la noche: el encargado del corte del jamón de bellota que se ofrecía a los invitados a modo de degustación le pidió un autógrafo, que el empresario y dirigente deportivo concedió de inmediato.

Poco antes, en el corte de la cinta, tampoco faltó Amid Achi, presidente de Archigestión, que ha sido gestora de El Muelle. Otros hombres de negocios, como Félix Santiago, no quisieron perderse el paseo inaugural por un imponente establecimiento, dotado con algunos avances técnicos sorprendentes para el cliente. Sus paneles dan cuenta de cómo marchan las colas en el despacho de embutidos, por ejemplo. O informan puntualmente de los precios de los productos cuyo código de barras comprueba el comprador con respecto a los de la competencia.

Presencia destacada fue la del presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, Agustín Manrique de Lara, que aplaudió la apuesta inversora de Hiperdino. "No sólo en El Muelle", precisó, "sino en todos sus establecimientos. Están ofreciendo un apoyo importantísimo para el productor local". Manrique destacó el rumbo que ha adquirido el proyecto Puerto-ciudad, "que en cierta forma recuerda a aquél de La Gran Marina, y que demuestra que era importante impulsar el desarrollo de esta zona".

La presencia de un hipermercado como el de la compañía canaria despertó reacciones similares en el entorno político que arropó a los empresarios. Éstos han invertido 2,8 millones de euros en poner en marcha el establecimiento, ubicado en la primera planta de El Muelle, y que estará abierto desde la jornada de hoy. "De 9.00 a 22.00 horas, de lunes a domingos", se recalcó desde la empresa. Y es que desde este mismo fin de semana la firma se beneficiará de la Zona de Gran Afluencia Turística en la que se ha convertido el entorno del atraque de los cruceros. En su temporada alta, en otoño e invierno, el centro cuenta con el permiso del Gobierno de Canarias para abrir los festivos, a petición del Ayuntamiento de la capital grancanaria. Un factor que refuerza los planes de la empresa para aprovechar el auge turístico en la ciudad.

Hombres de negocios y cargos públicos cerraron la velada con un breve cóctel, mientras invitados y curiosos comprobaban las prestaciones del establecimiento. Aunque los que se sintieron más protagonistas que nadie fueron los 65 empleados con los que cuenta el hiper, de punta en blanco para la ocasión, y con una ilusión palpable por el estreno. "A alguno se le escapó una lagrimita", desveló García Ramos, para entrar en el detalle de lo que ha supuesto el nuevo empleo para los trabajadores.

Con el antecedente de la pequeña fiesta inaugural, el local se pondrá de verdad a prueba a partir de la jornada de hoy, y con los cruceristas que llegan el domingo como primer test de su capacidad para atraer al público foráneo. Si bien desde Hiperdino se recordó que el local sigue siendo el principal objeto de su atención, "para que compren no lo que nosotros queremos, sino lo que ellos desean".