Más del 80% de los productos que se consumen en Canarias o la materia prima con que se elaboran en las Islas proceden del exterior. La dependencia es tal que ni el gofio, tan típico en el Archipiélago, se hace con millo cultivado en la tierra por la escasez de plantaciones de cereales, sino que en su mayoría viene de Argentina. Canarias produce dos millones de kilos de cereales al año y se importan otros 250 millones de kilos. Se consumen una media de 3.000 toneladas de gofio al año. No es un caso aislado.

Los tradicionales chorizos de Teror se elaboran con carne de cerdo de Cataluña, pimentón de Murcia y especias de México e Indonesia. Incluso la piel que los recubre, hecha de un tipo especial de colágeno similar al plástico, proviene del norte de España, el relleno de las morcillas dulces se hace con sangre deshidratada de Barcelona, pasas de Turquía y almendra de la Península y California.

Los productores locales se quejan de una escasa política de incentivos por parte del Gobierno para estimular la vuelta al cultivo o el fomento de las granjas de animales, además del poco apoyo de sectores como la hostelería y el turismo para adquirir sus productos. Es como la pescadilla que se muerde la cola. No hay gran demanda, con lo que se acaba la producción y el interés.

"Todos son pegas del Gobierno y de los vecinos", expone Gonzalo Nuez, accionista de los chorizos de Teror Los Nueces, en referencia a las dificultades que tienen para la instalación de fincas de ganadería. "Estamos condenados a comprar fuera y a los precios hay que sumar los portes", precisa. Al coste de un kilo de cualquier materia importada siempre se añaden cuarenta céntimos. Ellos elaboran unos 3.500 kilos de chorizos a la semana.

Los productos cien por cien made in Canarias se convierten más en un lujo de gourmets que en una realidad. Como el aceite de oliva de Temisas, en Gran Canaria. Medio litro puede superar los 10 euros.

Comerse un puchero netamente canario es prácticamente imposible. La mayoría de los calabacines vienen de Marruecos y las habichuelas helda -las planas-, normalmente de Almería. Aunque en las Islas existe gran variedad de papas, el 80% de las que se consumen son importadas, sobre todo de Reino Unido y Túnez. Al igual que las carnes. Más del 80% se traen de fuera. El vacuno de Sudamérica y aunque hay producción de pollo en el Archipiélago, no cubre la demanda y se importa de la Península, al igual que los productos porcinos. Las patas de cerdo, tan típicas en Gran Canaria, vienen por ejemplo de Polonia. Manuel Morales, profesor de Veterinaria de la ULPGC y expresidente del Colegio de Veterinarios, afirma que en el Matadero Insular se sacrifican vacas una vez a la semana y "no da ni para 20.000 personas".

"La única ganadería autóctona es la caprina en el 100% de lo que se consume, así como sus quesos", explica. El hándicap de los ganaderos canarios es que tienen que vender la pieza entera, mientras que lo que se importa son cortes -filetes o solomillos- sin desechos y con mayor salida al mercado. Hasta los conejos tan populares en los platos canarios, al ajillo o en salmorejo, proceden mayoritariamente de Cataluña, indica Pedro Peña, presidente de la asociación de importadores Adican, que forma parte de la federación Cecapyme. La leche entera del cortado diario viene de Galicia, Asturias, Dinamarca o Alemania. Los mariscos como las gambas y langostinos, que nutren las paellas de arroz - importado de Tailandia, Sevilla o Valencia-, se traen de Mauritania, Ecuador o Madagascar. Y los garbanzos, para una ropavieja, se importan de la Península.

Pese a esta situación, los importadores sostienen que el Gobierno ha encarecido la cesta de la compra en 100 euros más al año por el aumento del AIEM (Arbitrio a la Importación) a productos de consumo, en defensa de la escasa producción local. Además, bajan las bonificaciones a los de primera necesidad, como los lácteos.

El presidente de la asociación de agricultores Asaja, Roberto Góiriz, expone, por su parte, que en "el campo no hay relevo generacional y falta que el Gobierno canario haga una buena política agraria". Además, muchos productos se traen de fuera "y se venden como canarios" o no se explicita que no lo son. Los únicos que sí abastecen a las Islas son los plátanos, los tomates y los pepinos.

Aparte de la Península, paí- ses como Chile, Marruecos, Perú, Sudáfrica o Nueva Zelanda son algunos desde donde se impor- tan frutas y verduras para la po-blación local y los doce millones de turistas que visitan Canarias. Aunque las grandes cadenas "hacen un esfuerzo", los productos locales son estacionales, de dos o tres meses, y deben recurrir al exterior con compras durante todo el año, explica Góiriz. Los puestos de los mercados sí tienen fruta y verdura de temporada todo el año, aunque se calcula que la producción local sólo llega a un 20% de lo que ofertan.

Frutas como manzanas, peras, uvas, kiwis e, incluso, mangos se importan. Ahora es la temporada de los cítricos en Canarias. En los pescados para elaborar un sancocho el más popular en precios que luce en las mesas isleñas es la perca, simi-lar al cherne -más costoso-, además de la corvina y corvinato de África para los tacos con mojo.