Se dice que el Supremo está tumbando la reforma laboral en los despidos colectivos, dando la razón a los trabajadores...

No es que sea así. Había una expectativa en que los jueces fuéramos autómatas en la aplicación de la ley y no podemos serlo. Los jueces tenemos que valorar la proporcionalidad de las medidas. Con unas pérdidas mínimas no se puede justificar un despido masivo. Y lo que hemos hecho es aplicar estrictamente la ley, que es compleja y con muchos requisitos, y cuando no se cumplen actuamos en consecuencia.

¿Cuándo dice autómata a qué se refiere?

Que los empresarios creían que cuando tenían pérdidas, los trabajadores automáticamente fuera. Y no es así. Demuéstreme usted que la medida es proporcional. Yo no le voy a decir si en vez de despedir tiene que hacer una reducción temporal de la plantilla. Es una decisión del empresario. Y cuando no lo hacen bien lo decimos. Las leyes las hacen el Parlamento y nosotros las aplicamos.

¿Cómo está afectando la reforma laboral a los tribunales?

Lo que de verdad nos preocupa, en el caso del Supremo, es que se ha producido desde el año 2012, que empieza la reforma laboral, un aumento de los asuntos. En 2012 cerramos con 3.500 asuntos, este año vamos a cerrarlo con 4.500, más de 1.000. La litigiosidad colectiva, despidos colectivos, se ha multiplicado por cuatro. Vamos a cerrar el año con 400 y pico asuntos de casación de conflictividad colectiva. Y en asuntos individuales, vamos a cerrar el año con 4.000 o más.

¿A que se debe?

Pues que se ha aplicado mucho la reforma laboral y las empresas están haciendo mucho uso de la misma. Sólo con las administraciones públicas que han entrado en el mundo de los despidos...

¿Están desbordados?

En cuatro años sí. Y he preguntado en los juzgados de Las Palmas y hay un incremento de la litigiosidad, no sólo en el número de asuntos sino también de la calidad. La reforma laboral es compleja y requiere buenos técnicos y estas jornadas que realizan los graduados sociales son muy importantes por eso, porque intentan proporcionar al profesional una formación adecuada en un tema verdaderamente complicado.

El despido colectivo es el principal problema ¿no?

Sí. Hemos tumbado algunos pero entre otras cosas porque el procedimiento tienen que hacerlo buenos profesionales.

¿Qué balance hace de la reforma en dos años y medio?

Es altamente técnica, con muchos flecos, y la resolución de problemas que surgen de la aplicación de las normas es muy compleja. No puedo hacer una valoración conjunta de la reforma. Ojalá salgamos de la crisis y que esta reforma valga para algo más que para destruir empleo. Ojalá sirva para crearlo.

¿La reforma ha destruido empleo?

En el año 2012 estábamos en los cinco millones de parados y ahora seguimos así. De momento no ha servido para crear empleo.

¿Se están aprovechando las empresas para hacer despidos colectivos con la reforma?

Habrá casos en que puede que sí. Nosotros nos tenemos que mover en el mundo de la prueba. Si una empresa produce un despido vemos si está fundado o no y vemos si es proporcional, porque una empresa que tenga un euro de pérdida no puede despedir a cien trabajadores. Y cuando hemos percibido fraude lo hemos dicho, pero no son tantos los casos.

Habla de las administraciones públicas. ¿Están haciendo más despidos?

Ahora la administración pública tiene posibilidad de proceder a los despidos colectivos y está utilizándolos. Hasta el 2012, el que tenía un empleo público era un ser divino y ahora estamos viendo casos de ayuntamientos con una situación económica catastrófica que están despidiendo trabajadores. La administración pública probablemente estaba sobredimensionada, sobre todo lo de los ayuntamientos con plantillas que ahora se están aligerando utilizando la reforma laboral.

¿Se han perdido derechos?

Si analizamos el convenio colectivo ha habido un retroceso en los derechos del trabajador. Yo pienso seriamente que los legisladores no quieren hundir a su propio país e intentan hacer lo mejor posible. Lo que ocurre es que desde 2008 para acá no hemos visto que se haya creado mucho empleo.

¿Cuáles son los casos más sangrantes?

Digamos que es el mundo de la Seguridad Social. Cuando una persona pierde el empleo y sus prestaciones entra en una dinámica de búsqueda de otro tipo de prestaciones como puede ser una incapacidad o jubilación anticipada. Es terrible que una persona de 45 años sea un viejo laboral y pertenezca a un colectivo de apestados que nadie le contrata. Es verdaderamente dramático.

Aprovechando que es magistrado del Tribunal Supremo ¿qué le parecen los casos de políticos por delitos de corrupción que se acogen al aforamiento y se juzgan en el Supremo?

Lo que ocurre es que la ley no las hacemos nosotros sino el Parlamento y la ley dice quien está aforado o no. Por desgracia vivimos en un mundo que cada día nos levantamos con una noticia nueva.

¿No los tienen colapsados con tantos casos de corrupción?

Están bastante colapsados en la sala segunda. En la de Lo Social vemos los casos del ciudadano corriente.