La pérdida de un allegado conlleva, cada vez en mayor medida, también la desaparición del patrimonio familiar. A lo largo del año pasado, las renuncias a las herencias se dispararon en Canarias un 38%. Este crecimiento se debe, según los asesores fiscales y los notarios, a la eliminación de los beneficios fiscales que existían hasta hace dos años en el impuesto por sucesiones y donaciones, que está cedido por el Estado a las comunidades autónomas, así como al hecho de que el legado viene no en pocas ocasiones acompañado de deudas contraídas por el fallecido. El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, reconoció esta misma semana la necesidad de cambiar algunos gravámenes, como el de sucesiones, que afectan de manera determinante a las familias con escasa capacidad económica.
La sangría en el rechazo de las transferencias de propiedades no se ha detenido desde 2007. Los datos del Consejo General del Notariado reflejan que desde ese año, el número de renuncias ha crecido manera exponencial a un ritmo del 20% por cada ejercicio. El incremento incluso se acrecentó el año pasado, cuando se alcanzaron las 1.216 renuncias, casi el doble que en 2011 (645) y hasta tres veces más que en 2007 (338).
Estos aumentos se producen, según Luis Ferrándiz, delegado en Canarias de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf), porque las personas no pueden pagar el impuesto de sucesiones y donaciones. Sobre todo, después de que el Ejecutivo canario, a través de la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas decidiera retirar en julio de 2012 las bonificaciones del 99,9% que prácticamente eliminaban este tributo.
"No es lógico"
En ese verano, el Gobierno de Paulino Rivero se encontró con que tenía que cuadrar un recorte presupuestario de 800 millones determinado por las primeras cuentas estatales de Mariano Rajoy. Tenía, por tanto, que recaudar más. Sin embargo, "no es lógico pasar de un 99,9% a no tener reducción alguna", opina Ferrándiz, que califica la situación actual de "disparate".
El delegado de la Aedaf en Canarias resalta los agravios comparativos entre comunidades autónomas. En algunas, como Cantabria o Navarra, el impuesto prácticamente no existe, mientras que en otras, como Canarias, se puede llegar a pagar hasta 73 veces más que en Madrid por este tributo. Uno de los efectos que provoca el alto tipo impositivo es la deslocalización de las grandes fortunas. "A las personas que tienen mucho dinero les interesa ir a Madrid, el País Vasco o Navarra", donde el impuesto es mínimo, señala el asesor fiscal.
Tener un tipo alto obliga además a las rentas bajas a rechazar las herencias "porque el impuesto no tiene en cuenta la falta de liquidez" de los herederos, indica Ferrándiz. Francisco Javier Martínez del Moral, miembro de la comisión de Defensa del Consumidor del Consejo del Notariado, lo explica con un ejemplo: "Los inmuebles que uno hereda hoy tienen un valor inferior al fiscal, si Hacienda me tasa una casa en 300.000 euros, el valor real de mercado es de 200.000 y tengo que pagar el 25% de impuestos, o encuentro un comprador para ese inmueble o no me vale la pena heredarlo, porque no tengo dinero para pagar a Hacienda. Además, con la situación actual del sector inmobiliario tendría dificultades para vender la vivienda" en caso de aceptarla.
Del Moral destaca que la situación es incluso peor para los extranjeros que se encuentran residiendo en España. "Un italiano, por ejemplo, por unos bienes heredados en su país tuvo que pagar los impuestos en España, que ascendieron hasta los 500.000 euros cuando en Italia habría pagado tan solo 20.000", apunta.
