CaixaBank prevé multiplicar por cuatro su rentabilidad en tres años hasta llegar al 14%, aumentar cinco puntos -del 15 al 20%- la cuota de mercado y situar la ratio de eficiencia por debajo del 45%, según el Plan Estratégico 2015-2018 que el presidente de la entidad, Isidro Fainé, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, presentaron ayer a analistas e inversores en Londres.

Un Plan ambicioso que el banco encuadra en un contexto de crecimiento continuado de la economía española en algo más del 2% del PIB de promedio. Un escenario optimista que llevará aparejado el crecimiento en el volumen de su negocio, el aumento del consumo y la inversión, y que se traducirá asimismo en creación de empleo amen de la leve mejoría que se empieza a notar en el sector inmobiliario tanto en ventas como en precios.

El banco también prevé tipos de interés bajos, al menos hasta la segunda mitad del Plan -con crecimiento a partir de media- dos de 2017 y el euríbor a 12 meses al 1,75% o por debajo a finales de 2018 -.

El objetivo del aumento de la rentabilidad en un 5,7% anual a la que aspira la entidad catalana pasa, admite, por la congelación de costes y un descenso de las provisiones. Y estará impulsada, según sus planes, por el crecimiento de aquellos negocios con mayor recorrido y diversificación: expansión en banca de empresas, banca corporativa, préstamos al consumo para particulares y comercialización de productos de asesoramiento financiero (seguros, fondos y pensiones).

En el apartado de ingresos, CaixaBank prevé un aumento del 6% anual de los recursos de clientes; ganar dos puntos de cuota de mercado en fondos, seguros y planes de pensiones; aumentar un 4% anual el crédito sano expromotor, y ganar 0,6 puntos de cuota de mercado en el crédito total.

También augura una reducción de la morosidad del 60% hasta menos del 4% en 2018, así como un recorte del 60% en la exposición inmobiliaria problemática hasta menos de 5.000 millones de euros al final del Plan, frente a los 11.000 actuales.

Las buenas perspectivas se extenderán también a los accionistas. El Plan Estratégico propone repartir un dividendo elevado y estable, con un pago en efectivo igual o superior al 50% del beneficio desde el primer año del Plan. A partir de 2017, se propone, además, el reparto de un dividendo extraordinario o, en su lugar, la recompra de acciones si el capital principal supera el 12%.

En resumen con este Plan CaixaBank se propone, resumió Fainé: "Ser líder en confianza, porque sin confianza no hay negocio, y "la confianza reforzará el potencial comercial"; contar con niveles de rentabilidad sostenibles, por encima del coste del capital, manteniendo los dividendos para poder continuar con la Obra Social, y liderar la revolución digital para ofrecer nuevos productos y servicios financieros sin perder el trato personal; todo ello para seguir creciendo como líder en banca minorista en España con solvencia y liquidez.

Al final del plan, en 2018, CaixaBank quiere ser "un grupo financiero líder en España y uno de los grandes de Europa", con una perspectiva global, y reconocido por la responsabilidad social, la calidad de servicio al cliente, la robustez financiera y por ir uno o dos pasos por delante de los competidores en innovación, subrayó el presidente de la entidad.

Con más ingresos e iguales costes, la entidad quiere llevar la ratio de eficiencia al 45%, frente al 56,8% actual, lo que Gortázar sostiene que se puede conseguir sin destruir puestos de trabajo, y combinando las sucursales con la banca digital. En ese sentido, el segundo de la entidad, descarta que sobren sucursales. Sostiene, al contrario, que una de las fortalezas de CaixaBank es precisamente su elevada capilaridad en el territorio español, con un 100% de cobertura en los municipios de más de 10.000 habitantes.