El Banco Central Europeo (BCE) revisó ayer sus previsiones de crecimiento e inflación para la zona euro. Las nuevas proyecciones anunciadas por el presidente de la entidad, Mario Draghi, en Nicosia (Chipre) contemplan un crecimiento del 1,5% en 2015 y del 1,9% en 2016, mientras que para 2017 augura una expansión del 2,1%.

Los anteriores pronósticos de la institución, los de diciembre, apuntaban a una expansión del 1% en 2015 y del 1,5% en 2016. En el caso de los precios, el BCE prevé que no registren cambios significativos en 2015, cuando en diciembre pronosticó un alza del 0,7%, mientras que para el próximo año augura un alza del 1,5%, dos décimas por encima del anterior pronóstico.

El BCE abrirá su programa de compras de bonos el próximo lunes, 9 de marzo, según anunció Draghi tras la reunión del Consejo de Gobierno de la institución, que decidió mantener los tipos de interés en el 0,05%. El BCE invertirá 60.000 millones al mes en la adquisición de activos públicos y privados al menos hasta septiembre de 2016 y Draghi apuntó que "ya se han notado los efectos positivos" antes de hacerse efectivas las operaciones.

El presidente del BCE precisó que sólo adquirirá bonos en el mercado secundario con vencimientos de entre 2 y 30 años cuya rentabilidad sea al menos igual a la ofrecida por la facilidad de depósito de la institución (-0,20%). El BCE establece un suelo a la rentabilidad negativa de los bonos que está dispuesto a aceptar.

Draghi anunció una ampliación de liquidez para Grecia pero no comprará su deuda soberana mientras se produzca la revisión del programa de rescate, ni tampoco la de Chipre. La provisión urgente de liquidez para los bancos griegos sube en 500 millones de euros hasta 68.800 millones.