¿Es el occidente africano el mercado natural canario?

Es un mercado interesante, pero Canarias está más enfocada hacia Latinoamérica por los lazos históricos. Sin embargo, cada vez hay más interés en países como Mauritania y Senegal, por la proximidad geográfica y por las oportunidades de negocio que presentan.

¿Qué sectores son los que con mayor intensidad quieren abrir camino en África?

En gran medida la pesca y la construcción. Sobre todo destacan estos dos.

¿Es buena opción presentarse a licitaciones públicas en esos países?

En ese aspecto puedo hablar de Marruecos, que es donde somos banco y, por tanto, emitimos los avales que los clientes necesitan para presentarse a una oferta pública. Somos líderes, con una cuota de mercado del 46%.

¿Utilizar Canarias como centro de operaciones es una opción que puede despegar más allá de los ejemplos que ya conocemos?

Esa es la idea y es muy buena. Se están haciendo esfuerzos, pero hay otros países que ofrecen un producto similar, como Marruecos, en Tánger-Med, con una zona franca que viene a suponer el mismo producto que vende la Zona Especial Canaria (ZEC). Podría ser una desventaja para esta última la proximidad geográfica de Tánger y Europa. Un 10% del transporte marítimo mundial pasas por el estrecho de Gibraltar y Tánger-Med abarca unos tres millones de contenedores por año. La ZEC está muy bien para que las empresas que están en América puedan poner un pie en África, pero hay competencia.

¿Tiene buena imagen este producto entre los países en los que se explotan los recursos y, sin embargo, no disfrutan de la riqueza que genera ser centro de operaciones?

Ese es el punto negativo, pero, definitivamente, también los hay positivos. Por ejemplo, se crea empleo y hay toda una economía por detrás. En Canarias la idea es la misma y por eso el Gobierno ayuda con incentivos fiscales para atraer las inversiones extranjeras. Coincido en que puede resultar una amenaza tanto como una oportunidad dependiendo de qué lado de la moneda se mire.

¿Qué demandan las empresas canarias cuando contactan con ustedes?

Da igual de dónde sea la empresa. Cuando quieren exportar o, simplemente, tener relaciones con otros países, los interrogantes más comunes giran en torno a los medios de cobro a utilizar. Si se trata de compañías que se quieren instalar en el continente, el problema que desean solventar es qué deben hacer para repatriar los beneficios. Ahí está el valor añadido que damos, porque siendo banco operativo conocemos exactamente la casuística de la empresa española y lo que necesita. El empresario debe saber que tiene que pasar por un proceso de aprendizaje y tener claro que trabajar en mercados africanos no es como hacerlo en la UE.

¿Ha mejorado la seguridad jurídica en África?

Al menos en el caso de Marruecos, se ha entendido que la inversión extranjera es clave y a partir de ahí se han tomado medidas para que el inversor extranjero tenga seguridad jurídica. Hace quince años todo era mucho más administrativo, difícil y complicado. El país ha entendido que necesita de la experiencia de Europa y facilita la tarea para que los empresarios de esos países lleguen, hagan buen negocio y se queden.

¿Y el resto de países?

Queda recorrido. Es verdad que Marruecos es el país que mejor lo está haciendo, pero hay otros, como Senegal y Ghana, que también se mueven en este sentido. Eso sí, no podemos olvidar que cuanto más difícil es entrar en un país, más oportunidades ofrece.

¿Por qué?

Es lógico, en la medida que resulta más fácil, llegan más, con lo cual hay que repartirse el mercado, hay más competencia y, por tanto, márgenes menos sustanciosos.

¿Cómo ve la relación entre España y Marruecos?

Está en su mejor momento. En 2012 España se convirtió en el primer socio comercial de Marruecos, desbancando a Francia y eso ha marcado un antes y un después en las relaciones económicas y políticas entre ambos países. Sigue habiendo 800 empresas españolas en suelo marroquí y 20.000 que exportan hacia este país, que sigue siendo el tercer receptor de exportaciones españolas, solo por detrás de la UE y Estados Unidos. Además, recibe el 52% de todas las inversiones españolas en África.

¿Se ha perdido el miedo a invertir en Marruecos?

Al español ya no le da miedo, desde luego. Como señalaba antes, se piensa que la opción de inversión más sencilla es Latinoamérica, pero en España, y más en Canarias, hay muchísimas pymes, a las que el continente americano les queda demasiado lejos. Quieren oportunidades cercanas, en países vecinos. Después de la crisis, llegó una ola de empresas españolas, sobre todo constructoras, pero a estas alturas no hay un sector claramente predominante. Ya han llegado las que se dedican a la agricultura, las energías renovables, ingenierías...

¿Se sostendrán en el tiempo los espectaculares incrementos de la economía africana?

Sí. Hay que tener en cuenta que cuando se comienza el camino, no diría de cero, pero sí de muy abajo, solo puedes crecer. Ahora las empresas americanas y, sobre todo, chinas se han dado cuenta de que el África subsahariana es un pastel. China está invirtiendo mucho, es brutal, han visto que este es el futuro. Sin embargo, países como Francia, Portugal, Reino Unido o Alemania tengo la impresión de que poco a poco están dando marcha atrás.

¿Canarias ya llega tarde?

No. Todavía hay mucho recorrido. De todos los continentes, África es el que más recorrido tiene todavía.