¿Estamos en un momento de renta fija o de renta variable?
No se trata exactamente de despejar esa incógnita. Hasta hace un par de años se conseguía una rentabilidad del 4% muy fácilmente, cualquier depósito te la daba, pero ahora hay que incrementar el riesgo para alcanzarla. Lo verdaderamente esencial es tener muy bien perfilado al cliente. Si es muy conservador y su principal premisa es no perder dinero, nuestro trabajo es hacerle ver que no va a obtener ese 4%, mientras que si su objetivo es llegar a ese porcentaje, nuestra labor es trasladarle que tendrá que asumir más riesgo. En cualquier caso, es un buen momento para los mercados y, en ocasiones concretas, la renta variable es muy interesante, porque no vemos valor en la renta fija.
¿Y desde el punto de vista de la gestión?
Desde luego que es un tiempo complicado para la gestión y es muy importante ir de la mano del gestor.
¿La intervención de Banco Madrid daña la imagen general de la banca privada?
Estas noticias crean inquietud en los clientes y dañan su confianza, pero saben diferenciar muy bien con quién están trabajando. Nosotros potenciamos mucho la claridad con el cliente, cada gestor lleva solo a unos pocos y seguimos a rajatabla nuestros protocolos contra el blanqueo de capitales.
¿Son ustedes sujetos obligados en la lucha contra el lavado de dinero?
Totalmente. De hecho somos más rígidos y ponemos aún más medios que la banca tradicional. Lo hacemos porque sabemos que estamos en un segmento de actividad muy sensible a estas situaciones. Por eso ponemos medios muy importantes para evitarlas.
¿Qué hacen para controlar que el capital no es sucio?
El conocimiento del cliente es fundamental, pero no un conocimiento laxo. Cuando se nos presentan oportunidades de captar negocio, no solamente preguntamos al cliente a qué se dedica, nos lo tiene que demostrar, lo tenemos que constatar, tenemos que tener todo perfectamente claro.
¿Y les da una oportunidad esta intervención de Banco Madrid para captar negocio?
Supongo que habrá clientes de Banco Madrid que estén inquietos, porque lo que, en teoría, está pasando es bastante importante. Tenemos quien trabaja con nosotros y también con ellos y, evidentemente, están preocupados. No voy a negar que es una oportunidad de negocio para nosotros y puede terminar siendo positivo.
¿Canarias es buena plaza para este negocio?
Sí, estoy sorprendido gratamente. Vengo de la Península y allí evidentemente hay grandes empresarios, pero necesitan menos motivación para poder desarrollar su trabajo. Aquí, a pesar de la particularidad que representa ser islas, la lejanía, los problemas de aduanas, etcétera, han sabido hacerlo muy bien. Me ha sorprendido el dinamismo del empresario canario, es muy difícil encontrarte con uno que nada más se dedique a lo suyo y no piense en otras cosas, siempre están viendo por dónde obtener negocio. Es digno de resaltar, desde luego y les genera ahorros financieros importantes. Con pocos recursos, porque al final las islas tienen su particularidades, han sido capaces de generar mucho negocio e ideas.
¿Los extranjeros que invierten en Canarias traen consigo su fortuna?
La entrada de capital extranjero se está produciendo en varios sentidos. Los datos sobre el crecimiento de la economía española y canaria dan confianza al inversor extranjero y nos estamos encontrando con quienes traen su capital para invertir en empresas, en el sector inmobiliario, en todo lo que crece al calor del incremento del PIB. Por otra parte, también tenemos inversores que ya están cómodos en España y traen su capital para que lo gestionemos. Justo al contrario de lo que ocurría hace dos o tres años, cuando hubo una importante huida de capitales por miedo a lo que ocurría aquí.
¿Ahora sí podemos dar por sólido el crecimiento o aún hay riesgo de recaída?
Es que se están dando condiciones de ámbito internacional muy importantes para apuntalar el crecimiento. Somos un país para el que el coste del petróleo es un facto muy importante y lo estamos comprando con un descuento muy importante con respecto al año pasado. Además, el dólar favorece nuestras importaciones, realmente se dan unas circunstancias que apuntalan el crecimiento. De hecho ya se habla de avanzar un 2,5% o un 2,7% en lugar del 2% del que se hablaba a principio de año. Incluso hay quien se aventura a pronosticar hasta un 3%.
¿La banca privada teme al efecto griego?
Los mercados descuentan noticias y eso ya está descontado. Lo que ocurrió en Grecia, que quizá pueda asimilarse a lo que pase en España, es que en un principio tuvo un efecto muy importante, los mercados lo recogieron, pero se está desinflando, porque al final, lo que se está demostrando en ese país, que es lo que ocurre a nivel global, es que por mucho que un partido político presente una serie de actuaciones a realizar, al final todo acaba en Europa, que son los que marcan el ritmo. Se está viendo cómo ciertas medidas que eran muy populistas e hicieron que ese partido político [Syriza] subiera, no se van a poder llevar a cabo. En cualquier caso, a los mercados lo que más les inquieta es que no haya un gobierno sólido que pueda tomar decisiones, sean estas equivocadas o no.
En España hay elecciones este año y ese escenario es posible. No sé si una encuesta es noticia, ¿pero existe inquietud ante lo que puede suceder?
Ese es el único hándicap que podemos contemplar para el mercado español este año. La bolsa española está muy recomendada, principalmente por esos datos de crecimiento que comentaba y el único factor de riesgo es el resultado de las elecciones. Es cierto que puede crearse una cierta inestabilidad en los mercados, pero al final, a los inversores les interesan los beneficios empresariales que puedan obtenerse y los crecimientos de las economías, que es lo que realmente crea valor para quien invierte en acciones.
