La deuda del conjunto de las administraciones públicas españolas alcanzó al cierre del pasado ejercicio la cifra sin precedentes de 1,0338 billones de euros, equivalentes al 97,7% del PIB, según datos hechos públicos ayer por el Banco de España.
De este volumen de deuda, el 86,65% (895.852 millones) corresponde a la Administración central; el 22,9% (236.747 millones), a las comunidades autónomas; el 3,71%, a las corporaciones locales (38.363 millones) y el 1,66% (38363 millones), a la Seguridad Social.
Según un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), el actual endeudamiento público del país carece de precedentes desde 1909. Entonces fue el Desastre de 1898, tras el esfuerzo bélico en la Guerra de Cuba y el coste de la pérdida de las colonias, lo que acercó la deuda del Estado a casi el equivalente de la riqueza generada cada año por el país. Ahora ha sido la Gran Recesión, la mayor crisis económica internacional en 70 años, agravado en España por el estallido de la fantástica "burbuja" crediticia e inmobiliaria sobre la que galopó la economía española entre 1998 y 2008.
España, a la que la crisis internacional sorprendió al cierre de 2007 con una de las deudas públicas más comedidas de la eurozona (383.798 millones, equivalentes a sólo el 35,5% del PIB, casi la mitad que el promedio europeo), es ahora la séptima más elevada de los 28 países de la UE y la segunda que más rápido crece, según datos de la oficina estadística europea (Eurostat) difundidos al término de los 9 primeros meses de 2014.
Tras casi ocho años de crisis, el endeudamiento soberano nacional está al borde de llegar al 100% del PIB, y ello a pesar de que el 25 de septiembre pasado el PIB español fue inflado con 26.193 millones adicionales tras incluirse por vez primera una estimación de la prostitución, el narcotráfico, el contrabando y otras actividades ilegales y a resultas también de que el gasto militar y en I+D+i pasó a ser considerado como inversión.
En la actual legislatura, la deuda pública del conjunto de las administraciones ha estado creciendo a un promedio anual de 96.775 millones frente a los 89.933 millones en la anterior. Lo mismo ocurre con los débitos de la Administración central, con un ascenso medio de 90.538 millones frente a los 60.110 millones con el anterior Gobierno. Estas medias están muy determinadas por el desastre de 2012, cuando la deuda creció en 147.447 millones.
Desde entonces la velocidad de crecimiento se ha atenuado de forma significativa, aunque en ello ha influuido el Banco Central Europeo (BCE), que desde julio de 2012 consiguió doblegar las primas de riego de todos los países periféricos y que además aplicó una política de estímulo monetario reduciendo de forma progresiva los tipos oficiales de interés hasta el ínfimo 0,05% actual, lo que ha supuesto un doble efecto de abaratamiento de las deudas de los Tesoros nacionales. Pese a esta ayuda, el año pasado la deuda pública aún sumó 67.687 millones adicionales, lo que supone un aumento de 5,6 puntos del PIB.
De las 17 comunidades autónomas, cuyo endeudamiento medio cerró en 2014 en el 22,4% del PIB, el récord lo tiene la Comunidad Valenciana (debe el 37,9% de su riqueza anual), seguida de Castilla-La Mancha (33,5), Cataluña (32,4), Baleares (29,3), Murcia (25,2) y Andalucía (22,4). En el otro extremo, y por debajo del promedio, las menos endeudadas son Madrid (12,5), País Vasco (13,9), Canarias (14,5) y Asturias (16,2), seguidas por La Rioja (16,6), Castilla y León (17,3), Navarra (17,9), Galicia y Extremadura (18 en los dos casos), Aragón (18,1) y Cantabria (19,8). Salvo dos excepciones, las regiones más apalancadas están en la mitad sur de España y las menos deudoras, en la septentrional. Salvo Madrid, que se situó 4 décimas por debajo del objetivo, el resto de las regiones lo excedieron.
