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Entrevista. Economista

Conde-Ruiz. "No podemos tener nuestro Estado del bienestar con los impuestos de EE UU "

"Lo que ocurre con el tributo de sucesiones es un disparate, con gente yéndose a morir a otras regiones", expone el economista y también subdirector de Fedea

Imagen de archivo de José Ignacio Conde-Ruiz. LP / DLP

Plantean una reforma tributaria para recaudar más. Suena a subir los impuestos...

El gasto que supone el Estado de bienestar que tenemos ahora mismo va a llegar fácilmente en los próximos años al equivalente al 43% o 45% del producto interior bruto (PIB). No es que queramos subir los impuestos, pero para costear ese gasto necesitamos tener unos niveles de ingresos similares. También podíamos pensar en bajar ese nivel de gasto, pero llegamos a la conclusión de que, aunque consigamos hacerlo porque se lleguen a pagar menos prestaciones de desempleo o se realice algún recorte de gasto ineficiente, en las próximas décadas los ahorros posibles van a ser compensados por el impacto del envejecimiento o por el coste de los intereses de la deuda. Así que el nivel de ingresos está ahora en el 37% o el 38% del PIB y una parte la podremos aumentar cuando la economía crezca, pero otra no. Necesitamos incrementar la recaudación en tres puntos de PIB. Alguien puede decir: "prefiero reducir programas del Estado de bienestar". No podemos tener un sistema con la sanidad, la educación y las prestaciones que tenemos y pagar impuestos como en Estados Unidos. Nuestra presión fiscal está por debajo de la media europea y tenemos un gasto público que también es algo inferior al de otros países, pero sólo porque el envejecimiento va algo más lento. Claramente, las últimas reformas del Gobierno van a ser insuficientes para recuperar los ingresos.

¿Que defiende para el IRPF?

Tenemos una menor recaudación tributaria en relación al PIB que en otros lugares, pero la percepción de la gente es que los impuestos son muy elevados. La tiene con el IRPF porque los tipos marginales son muy elevados, pero hay muchas deducciones. El Estado recauda y luego devuelve, no tiene ninguna lógica. Soy partidario de eliminar todas las deducciones, que generalmente son el resultado del éxito de un lobby empresarial o social que ha pedido a la Administración una ayuda para algo. Si quieres apoyar a un sector, hazlo por la vía del gasto. Para el IRPF y el impuesto de Sociedades lo ideal es suprimir deducciones y bajar los tipos impositivos. Es mucho más eficiente. El tipo del impuesto de Sociedades es del 30%, pero el efectivo que pagan las empresas es del 12%.

El Gobierno no se ha atrevido a eliminar la deducción por vivienda con carácter retroactivo, aunque sus expertos se lo recomendaron. ¿Usted lo haría?

Por supuesto. Al final son 3.000 millones que se están dejando de recaudar. En contrapartida, los contribuyentes afectados pagarían menos con la bajada de los tipos marginales. Es una deducción muy distorsionante que los economistas nunca entendimos y que sirvió para elevar los precios de la vivienda.

¿No sería mejor aumentar la recaudación a fuerza de combatir con más brío la economía sumergida?

Es un auténtico problema y tenemos que ir a por él. La economía sumergida y la evasión fiscal hacen mucho daño y hay que conseguir que todo el mundo pague. Debe ser una aspiración de todo gobierno. Cuando se compara el número de inspectores fiscales que hay en España se ve que es inferior que en otros países. Hay que mejorar eso y meter más recursos. Ahora bien, se afirma a veces que combatiendo la economía sumergida se podría ingresar mucho dinero de manera casi instantánea. Pero no es tan fácil. Aunque medir la economía sumergida es muy difícil, normalmente España aparece con cinco puntos de PIB de economía sumergida por encima de Alemania y de otros países más eficaces. Si consiguiéramos ponernos a su nivel, podríamos recaudar unos 20.000 o 25.000 millones de euros más, que vendrían muy bien, pero no se consigue ser Alemania o Suecia de la noche a la mañana.

¿Cómo frenar las prácticas de evasión y de elusión fiscal de las grandes corporaciones multinacionales?

Es un problema que se debe abordar a nivel europeo. Incluso sería ideal ir más allá. Efectivamente, se localizan en un sitio, operan en otro y practican una ingeniería fiscal de altísimo nivel.

En España se defrauda más que en otros países. ¿Hay algo cultural o es la ineficacia de las reglas?

Creo que son las reglas. Una buena regla cambia la conducta. Si en su momento me hubieran dicho que con una norma se iba a conseguir acabar en España con lo de fumar en los bares? Pues fíjese, se acabó. Un sistema institucional limpio y eficiente modifica las conductas.

¿Es lógico seguir dando un trato preferente a las rentas del capital (ahorro) frente a las del trabajo?

El ahorro es clave para una economía, es lo que genera la inversión y lo que lleva al crecimiento sostenido. Nosotros sí proponemos quitar la deducción por fondos de pensiones, que además es muy regresiva porque beneficia a quien más tiene. Al mismo tiempo planteamos un tipo único del 15% para los rendimientos del ahorro.

El Gobierno también ha evitado suprimir por completo el sistema de módulos para la tributación de los autónomos...

El tema de la tributación por módulos podía tener sentido con una Agencia Tributaria que tuviera menos medios, pero ahora no tiene sentido que no se tributa por lo que ingresa.

En Fedea sugieren también un nuevo impuesto sobre los ricos. ¿Cómo funcionaría?

Hay una cierta demanda social para que los ricos paguen más. Pero, ¿qué es un rico? ¿alguien que gana mucho este año o durante muchos años? Lo que planteamos es introducir un sistema al estilo de Francia que recaudaría unos 3.000 millones. Sería un tributo que tendría en cuenta todo el patrimonio, quizá excluyendo la primera vivienda. El dinero que se obtendría de ahí se destinaría a compensar los efectos de la subida de los impuestos indirectos en las familias más pobres.

Un contribuyente canario paga en Canarias por heredar 73 veces más que en Madrid. ¿Hay que poner coto a las desigualdades territoriales en el impuesto de sucesiones?

El de sucesiones es un impuesto útil y que está conectado con la igualdad de oportunidades, pero lo que no tiene ninguna lógica es el disparate actual, con gente yéndose a morir adonde se tributa menos. Hay quien apuesta por eliminar el impuesto, pero yo creo que algo se tiene que pagar.

Usted ha indagado también en el futuro de las pensiones. ¿Harán falta más reformas?

El sistema está en una situación que no es de equilibrio y se busca alcanzarlo a base de cuasi congelar las pensiones. Ahora estamos sin inflación, pero una vez que se recupere las prestaciones van a perder poder adquisitivo y habrá una bolsa de ocho millones de pensionistas que se pondrán en pie de guerra. Cuando ocurra se abordará una nueva reforma y espero que sea la definitiva.

¿Las pensiones no pondrán subir entonces más del 0,25% en mucho tiempo?

La fórmula de revalorización depende de que los ingresos del sistema sean suficientes para costear los gastos, pero esto no ocurrirá durante tres o cuatro décadas, va a ser así. Ahora bien, no será para siempre porque los jubilados no se van a conformar. Piense que quien se jubile con 1.000 euros al cabo de unos años cobrará 700 en paridad de poder de compra. Es ingestionable. Aunque se podría llegar al equilibrio financiero, sería de una forma muy injusta y los pensionistas van a decir qué pasa.

España ya está creciendo a ritmos interanuales del 2%. ¿La recuperación es sólida?

El crecimiento de este año lo parece. Si todo sigue como hasta ahora, el PIB crecerá el 2,5%. No obstante, hay tres cosas que me preocupan.

¿Cuáles?

En primer lugar el crecimiento no es inclusivo. Hay gente que se está quedando atrás, como los parados de larga duración, que son dos millones de personas. Luego está el problema fiscal. A España le hacen falta tres puntos de recaudación y se bajan impuestos cuando no hacen falta retoques, sino una reforma que corrija el déficit estructural. Y seguimos teniendo un endeudamiento neto con el exterior de casi del 100% del PIB. Estamos creciendo, pero aumenta el déficit por cuenta corriente. Es un desequilibrio importante que hace que el crecimiento no pueda ser muy sostenido. Necesitamos crecer más con inversión que con consumo. Aunque quiero dejar claro que crecer al 2,5% es muy importante.

¿Le preocupan los "riesgos políticos" que dicen ver em- presarios y un sector de economistas?

Al final, la política es el reflejo de lo que piensa la gente. Parece que se presenta un escenario que supone el fin del bipartidismo, pero ya veremos. A nadie le debe asustar a estas alturas y en este siglo lo que piensa la gente.

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