La unidad de inteligencia financiera española, el Sepblac, dependiente del Ministerio de Economía, inspeccionó durante meses a Banco Madrid y concluyó que la entidad pudo ayudar al lavado de dinero, justo antes de que Estados Unidos alertara de su matriz, el andorrano BPA. El Sepblac tenía puesto el foco en Banco Madrid desde hacía tiempo porque su único accionista tenía sede en Andorra y, además, la entidad se dedicaba al negocio de banca privada, considerado de alto riesgo por la normativa internacional de prevención de blanqueo de capitales Por si esto fuera poco, la unidad de inteligencia financiera ya sabía que Banco Madrid estaba implicado en una operación policial contra el crimen organizado ruso y tenía constancia de una presunta participación en el flujo de efectivo objeto de investigación penal.

La entidad, que solicitó el lunes concurso de acreedores, está ahora pendiente de que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) decida si la rescata o la liquida, para lo que cuenta con un plazo de catorce días, aunque es ésta última opción la más probable, según fuentes financieras.